A finales del año pasado le salió un ´hermano pequeño´ al Mokka X: el nuevo Crossland X. Se trata de un modelo de aspecto de ´SUV´ compacto de 4,21 metros de largo y que comparte casi todo con el nuevo Citroën C3 Aircross (se fabrican los dos en la factoría de Figueruelas, en Zaragoza, tras la compra de Opel por parte de PSA).

Pese a ser un modelo algo más corto que el mencionado Mokka X, le supera en algunos aspectos al ser más moderno. Dentro gana en practicidad, es más alegre gracias a la mayor superficie acristalada y presenta una interesante modularidad, ya que sus asientos se pueden desplazar longitudinalmente unos 15 centímetros, además de estar divididos en tres partes (40/20/40) o en proporciones asimétricas (60/40). Así, en función de la posición de la fila trasera, el maletero tiene entre 520 y 410 litros. Delante encontramos un salpicadero al estilo de los últimos en llegar de la marca, con una pantalla de 7 o de 8 pulgadas para gobernar el completo sistema multimedia (destacan la aplicación OnStar de asistencia al conductor por vía telemática, el botón de emergencia, el servidor WiFi y la conectividad con los teléfonos móviles), además tiene disponible la visualización de datos reflejados en una lámina delante del parabrisas (Head Up Display).

La gama mecánica del Crossland X comprende tres motores de gasolina, un 1,2 l. de 81 CV y un 1,2 l. Turbo con 110 y 130 CV, y dos diésel, los 1,6 l. de 99 y 120 CV. También hay una variante sobre el propulsor de 1,2 l. de 81 CV preparada para funcionar con gas licuado de petróleo GLP. Las cajas de cambios pueden ser, dependiendo del motor, manuales de cinco o seis relaciones o automáticas de seis y se prescinde de la tracción total (algo que sí puede montar el Mokka X), con lo que la tracción va al eje delantero, ahorrando combustible. Nosotros nos quedamos para esta ocasión con una unidad de gasolina de la potencia intermedia de 110 CV, un valor que resulta equilibrado para ir por la ciudad con brío y salir a la carretera sin problemas.

En marcha, el tricilíndrico trabaja con suficiente suavidad, un poco tranquilo por debajo de las 1.600 revoluciones, su respuesta se hace más alegre al superar ese nivel y en todo el resto de la zona media. La caja manual de cinco marchas hace un buen trabajo y no plantea problemas de guiado, además está en una buena posición para su uso frecuente. Las reacciones son, en todo momento, seguras, el coche se tiene muy bien y, pese a ser un poco alto, la carrocería no acusa demasiadas oscilaciones. Meción especial merece su consumo; homologa una media de 4,9 litros y, aunque a nosotros nos ha dado un gasto un poco superior, lo cierto es que nos ha parecido bajo para un coche de estas características.

Para este motor de gasolina están disponibles los acabados iniciales Selective y Excellence. El nuevo nivel Ultimate queda reservado para las mecánicas de 120 y 130 CV. Así, con la versión de acceso Selective, en el Crossland X encontramos elementos como el programador de velocidad, el avisador de salida de carril, el reconocimiento de señales, el sistema multimedia IntelliLink con pantalla de 7 pulgadas, el aire acondicionado o las llantas de 16 pulgadas. El nivel Excellence añade al listado anterior los sensores de lluvia y luces, la pintura de dos tonos para la carrocería, las luces ambientales de Led para el interior, o un detector de cansancio del conductor. Se puede completar con iluminación adaptativa de Led (algo muy logrado por Opel), la recarga inalámbrica para teléfonos, el techo panorámico o el citado ´Head Up Display´.

Los precios del Opel Crossland X 1.2 ecoTEC 110 CV empiezan en los 19.810 euros.