La marca japonesa ha lanzado este año su nuevo Jazz, un modelo que descataloga la edición de 2015 y que aporta varias novedades en diseño, dotación y mecánicas. Su perfil de monovolumen le aporta ventajas frente a los utilitarios de su segmento, ya que dispone de un interior más espacioso que estos, sin disminuir una dinámica que, por cierto, recuerda a la del Civic, el logrado compacto de la marca. Y hablando de dinámica, la concreta gama de motores se queda en dos opciones, ambas de gasolina, el 1,3 litros de 102 CV inicial y el 1,5 litros (una de las novedades de la nueva edición) con 130 CV, una potencia ya a respetar y de la que hemos disfrutado estos días. En los dos casos está disponible la caja automática CVT de variador continuo. Nosotros nos quedamos con la caja manual de seis relaciones, deliciosa de tacto, igual que notamos en nuestra prueba del Civic, y el acabado tope de gama Dynamic, que viste al modelo con una apariencia más agresiva (detalles en rojo en la zona inferior de los paragolpes, el difusor en la zaga, las taloneras, las llantas específicas de color negro o los tapizados, el volante y pomo del cambio con las costuras rojizas).

El resto del interior conserva las virtudes del modelo Jazz, donde destacan el espacio para las piernas y en altura para los ocupantes de la bancada trasera (unas cotas donde suelen penalizar los utilitarios de esa categoría), el maletero de 354 litros y unas posibilidades de modularidad muy ingeniosas. El sistema ‘Magic Seat System’ permite posicionar la banqueta de las plazas traseras en vertical, como en los cines para ganar en espacio de carga, o bien abatir por completo esas plazas para conseguir un hueco de 1.314 litros. Adicionalmente el asiento del acompañante se puede plegar por si necesitamos transportar un objeto alargado.

En marcha

Nos ha gustado el tacto directo del Jazz 1.5 de 130 CV. Obedece sin chistar a lo marcado con el volante y apoya muy bien, gracias a, entre otras cosas, un tarado de la suspensión más bien firme que deja sentir con bastante fidelidad lo que pasa en el asfalto. La respuesta del propulsor es típica de los de la marca: contesta muy bien a los requerimientos del pie derecho y remata por encima de las 5.000 vueltas con un sonido bastante llamativo para el segmento al que se dirige.

Se completan las sensaciones al volante con una dirección rápida y una palanca de cambios de recorridos cortos y excelente guiado. Las prestaciones no están nada mal, acelera desde parado hasta los 100 km/h en 8,7 segundos y alcanza una punta de velocidad de 190 km/h. El gasto medio que homologa también es llamativo: una media de 5,9 litros por cada 100 km, cifra que se acerca bastante a un uso real.

Equipamiento

La versión más alta del Jazz monta asimismo más elementos, algunos de ellos adoptados en la nueva entrega, como el sistema multimedia con pantalla de 7 pulgadas con acceso a servicios en la red, como estado del tráfico, meteorología y entretenimiento y, como es lógico, permite la conectividad con los últimos ‘smartphones’. Encontramos más dispositivos, como los que ayudan a la conducción, donde figuran el reconocimiento de señales, la limitación de velocidad en función de la señalada en la vía, los avisos por salida de carril y de colisión frontal o el cambio automático entre luces de carretera y cruce.

El nuevo Honda Jazz nos ha parecido un producto muy interesante dentro de su segmento. Se desmarca del grueso de sus competidores por su enorme practicidad interior y si se elige esta versión de maneras deportivas, desde 17.950 euros, nos llevamos un coche muy atractivo y completo, ya que con este motor de 130 CV solo se puede asociar al acabado Dynamic que hacíamos referencia. Con la caja automática CVT cuesta 1.000 euros más.