El nuevo Clase A ya está en la calle con una puesta en escena más atractiva y un montón de cualidades que superan ampliamente a su antecesor. De momento, hay dos versiones disponibles, el diésel A180 d con cambio automático 7G-DCT y 116 CV por 32.700 euros y el gasolina A 200, también con la caja automática de siete relaciones, 163 CV y 31.400 euros. Más adelante llegarán los cambios manuales, primero al gasolina (en verano) y otra versión, el A250 de 224 CV también de gasolina para otoño, con tracción total 4MATIC. Queda para el año próximo la aparición de la poderosa variante AMG, que promete muchas emociones.

Mejor, como decimos, en todos los frentes, el nuevo Clase A ofrece un interior innovador en el que destaca la utilización de dos pantallas, algo que ya vimos en el Clase E, una para el tablero de instrumentos y otra contigua para la navegación, sistema multimedia y demás funciones. La calidad de éstas es tal que se pueden consultar a pleno sol sin que necesiten una visera. Dependiendo del acabado, el tamaño de las pantallas oscila entre las 7 y las 10,2 pulgadas. Por cierto que se estrena en este modelo el avanzado asistente que, entre otras cosas, recibe órdenes por voz. Se activa a través de un botón en el volante o bien diciendo ´Hola Mercedes´, puede procesar frases de manera similar al ´Siri´ de Apple y supone un paso adelante en cuanto a asistencia al conductor y comodidad de acceso. Hay muchísimo más equipamiento disponible, como un sistema que alerta al conductor si detecta en él una pérdida de atención, la frenada de emergencia que reconoce peatones y ciclistas, el aviso de objetos en los ángulos muertos (puede recolocar el coche en su carril si entiende que hay peligro) y además puede efectuar un cambio de carril si ve que la maniobra es segura y el conductor señaliza con el intermitente. Hay más dispositivos que ayudan al manejo, como otro asistente que mantiene la trayectoria del coche guiándose por el vehículo precedente (actúa también sobre la dirección y los frenos) o una función que ayuda a realizar una esquiva por debajo de 70 km/h al advertir la presencia de un obstáculo en la carretera. Asimismo, la seguridad se ve incrementada con los faros de Led, que son de serie y que se pueden completar con un sistema matricial de iluminación selectiva. Además de todo esto, hay más soluciones avanzadas, como la posibilidad de usar el coche a distancia después de activarlo por vía telemática, o una llave digital adhesiva compatible con el protocolo NFC de los ´smartphones´.

En cuanto a la habitabilidad, el nuevo Mercedes-Benz ha mejorado en todas las cotas, poniendo el acento en la visibilidad del conductor hacia fuera y en el espacio de las plazas traseras. El maletero, además de ampliar su volumen hasta los 370 litros deja un hueco de carga más amplio.

Sin duda, el nuevo Clase A de Mercedes-Benz aspira a reinar en una categoría difícil por refinamiento y carga tecnológica.

En la presentación a la prensa especializada, tuvimos la oportunidad de rodar con el nuevo A200 que estrena un bloque de 4 cilindros en línea, con desconexión automática de pistones (con baja demanda de carga) y que han desarrollado conjuntamente con Renault. Sorprende que un 1.303 c.c. rinda tan bien, lleno de potencia en toda su gama de revoluciones, muy progresivo y agradable. Consume poco y una vez caliente resulta silencioso y sin vibraciones, la entrada del turbo (eléctrico) es imperceptible. Respecto al coche, podemos decir que las fotos no le hacen justicia, resultando mucho más atractivo en directo. Del interior y pese a su vanguardismo nos quedamos con su perfecta postura de conducción y el enorme espacio disponible. Los más de 160 CV del sorprendente motor y su excelente cambio de doble embrague y 7 velocidades no ponen en compromiso un bastidor súper rígido y una suspensión que se lo traga todo (si se elige con llantas de 19 pulgadas el esquema trasero pasa a ser de paralelogramo deformable en lugar de la barra de torsión de serie), junto con unos excelentes frenos. Es fácil de conducir, muy cómodo y divertido cuando tiene que serlo.