La primera generación del Impreza llegó al mercado en 1992 para ser una muestra de la deportividad de la marca japonesa. Desde entonces se han vendido más de 3,5 millones de unidades en todo el mundo, 250.000 en nuestro país. Ahora, la quinta generación que nos llega, tras su lanzamiento en japón en 2016, no renuncia en absoluto a la filosofía de SubaruSubaru: la tracción integral permanente simétrica, perfeccionada desde principios de los años 70, junto al motor Boxer de cilindros horizontales y opuestos, que permite conseguir un centro de gravedad más bajo y disminuir las vibraciones. Pero también adopta nuevas tecnologías, pues la marca sigue evolucionando con los tiempos. Así toma como base la nueva plataforma global SGP (Subaru Global Platform) con la que esta edición del Impreza gana en seguridad, confort de marcha y dinámica. También mejora su rigidez frente a la torsión en un 70 % y rebaja 5 milímetros el centro de gravedad. Todo esto le ha hecho entrar en los candidatos a Coche del Año de los lectores para el mes de mayo.

En cuanto a la seguridad, los ingenieros de la firma han trabajado de manera exhaustiva para que el compacto japonés también destaque en ese sentido. Han creado un puesto de conducción en el que prima la visibilidad, reduciendo los puntos muertos y mejorando la ergonomía. También, el sistema EyeSight, que va ya por su tercera generación, incluye el aviso de colisión, la frenada de emergencia con asistencia, el control de crucero adaptativo, el aviso de salida de carril con permanencia, el control del acelerador, el aviso de derrapado y el aviso de avance del coche delantero.

En lo que habitabilidad se refiere, el nuevo Impreza crece respecto a la anterior generación, hasta un total de 4,46 metros de longitud, 1,77 metros de anchura, 1,48 metros de altura y, una de las cotas más importantes en este sentido, aumenta 2,5 centímetros la distancia entre ejes, hasta los 2,67 metros. El interior gana en espacio y su maletero presenta 385 litros de capacidad.

Al inicio de la comercialización, el Subaru Impreza monta una mecánica de gasolina que ya probamos en el nuevo XV, el bloque de 1,6 litros de 114 CV, al que se le unirán más potencias en un futuro. Este propulsor supera la normativa Euro6C y es unos 12 kilos más ligero que su equivalente anterior, lo que mejora el comportamiento general del vehículo. La eficiencia mejora al optimizar el control de las válvulas, lo que le permite ofrecer un gasto homologado de unos 6,2 litros por cada 100 km. Se une al cambio Lienartronic de variador continuo que también se ha optimizado siendo casi 8 kg más ligero.

Hay dos líneas de dotación, Sport y Executive. La primera de ellas aporta de serie el mencionado sistema de ayuda a la conducción EyeSight, siete airbags, llantas de 16 pulgadas, control dinámico de comportamiento, anclajes ISOFIX, pilotos traseros de LED, asistente de cambios de luces carretera y cruce, respaldos traseros plegables 60:40, climatizador automático, sistema de entretenimiento compatible con Apple CarPlay y Android Auto, volante multifunción, manos libres y entradas USB y auxiliar, ordenador de a bordo y freno de mano eléctrico con asistente en rampa.

El acabado Executive añade, ópticas de Led adaptativas, antinieblas delanteros, retrovisores exteriores eléctricos plegables y térmicos, llantas de 17 pulgadas, asientos delanteros calefactables, climatizador bizona con activación por voz, sistema de información y entretenimiento SUBARU STARLINK y cámara de visión trasera, entre otros.

El precio del nuevo Subaru Impreza es de 20.400 euros para la versión Sport y de 23.200 euros para el Executive, ambos costes teniendo en cuenta los descuentos promocionales.