La ´romántica´ idea de volver 40 años después de aquella gesta protagonizada por Seat en el Montecarlo, y de hacerlo con el mismo coche y los mismos pilotos de entonces solo podía nacer de Seat Coches Históricos, un departamento impulsado por la ilusión de todos sus componentes y magistralmente capitaneado por Isidre López.

No ha sido fácil construir una réplica del 124 Especial Gr.4 que portaba incluso los mismos colores, dorsal (18) y decoración que en 1977, todo lo contrario que convencer a la histórica pareja Cañellas-Ferrater para que lo condujesen, ya que desde el principio del proyecto se mostraron entusiasmados con la idea.

Seat Coches Históricos no solo vela por la imponente colección que alberga y continúa alimentando año tras año, también compite en los rallyes de clásicos más importantes con esos mismos coches, así que cuentan con una buena infraestructura de asistencia y un magnifico plantel de profesionales -procedentes en su mayoría de las participaciones mundialistas de la marca- con los que atenderla.

El equipo aprovechó para inscribir dos coches más: un 127 pilotado por Javier Hernández y Eloi Alsina y un 1430 para la pareja de periodistas Fernando Gómez Blanco y Juan Collín. Con todo, dos Seat más salieron y acabaron esta edición del Rallye de Montecarlo Historique, un 124 Coupé pilotado por Benito/Racionero y un 128 conducido por Zapatero/Hernández.

Tras la salida de Barcelona y con un impresionante temporal sobre los Pirineos, todo hacía presagiar un rallye tan nevado y helado, como el que disputaron los WRC la semana anterior. Precisamente las condiciones que permitieron la gesta de subir al podio en 1977. Cuanto más difícil estuviesen los tramos, cuanto más nieve y hielo cubriesen el asfalto de las estrechas y tortuosas carreteras, más posibilidades de brillar tenía el equipo. Sin embargo la nieve y el hielo sólo estuvieron presentes en la etapa de concentración y a los lados de las carreteras, ya que las lluvias, los quitanieves y temperaturas que rara vez bajaron de los cero grados, se encargaron de hacerla desaparecer. Así, el rallye paso de ser coto de pilotos con ´manos´ y de coches ágiles, a manos de los consumados expertos en regularidad, con mecánicas potentes y expertos navegantes con toda la electrónica imaginable.

En estas condiciones, el objetivo pasaba por tener los tres coches en la meta, como así sucedió. Hernández/Alsina con su modesto 127 fue el primer equipo español clasificado, ocupando la decimoctava posición, lo que les valió la victoria en la clase 1 de la categoría IV, mientras que la pareja Cañellas/Ferrater clasificaban 71º su precioso ´taxi´ -como cariñosamente se les llamó entonces- en un rallye que, por las condiciones, no fue el suyo. Por último, Gómez Blanco/Collín firmaron una 78º posición con su 1430 y brillaron en algunos tramos.

En definitiva una preciosa y romántica iniciativa que consolida la historia y agranda la imagen de la única marca española que sigue diseñando, desarrollando y construyendo sus propios coches.