Presentada hace menos de un año, la bonita berlina italiana rebosa estilo y deportividad. Hay que sumarle además una dotación avanzada y las buenas mecánicas de la marca.

Empezamos precisamente por la gama de propulsores, porque se ha completado con bastante celeridad desde su llegada al mercado, quedando compuesta por cuatro variantes de gasóleo con 136, 150, 180 y 210 CV y tres de gasolina con 210, 280 y 510 CV (éste último corresponde a la versión Quadrifoglio). Según el propulsor y el acabado, el Giulia puede tener tracción total (variantes de gasolina de 280 CV y diésel de 210 CV, con el nivel Veloce), el resto tienen propulsión trasera (es la primera berlina de la marca en contar con esta característica). Hay combinaciones con cajas manuales de seis relaciones y automáticas de ocho. De entre todas estas posibilidades, hemos podido conducir una de las más interesantes en diésel, la de 180 CV, que provienen de un bloque de cuatro cilindros y 2,2 litros de cubicaje, unida a la caja automática.

El nuevo Giulia es una de las berlinas más atrayentes del momento. Su carrocería de 4,63 metros destaca por sus acertadas proporciones que consiguen una aerodinámica (0,25 Cx). Esto se traduce en menos ruidos de viento en carretera y menor consumo.

En el habitáculo encontramos buenos materiales y el diseño es vistoso. Las posibles combinaciones de colores de las molduras crean una atmósfera ´premium´ y distinguida. Si detrás se viaja bien, porque el hueco para las piernas y la anchura disponible son grandes (el maletero presenta una capacidad de 480 litros), delante el puesto de conducción sencillamente se sale. Todos los mandos se están en una posición muy accesible y cómoda y el asiento se puede ajustar muy abajo. El tacto del volante es soberbio, con un aro fino y una piel muy agradable en las manos e incluye el botón de arranque del motor.

En marcha, lo primero que nos llama la atención es la dirección rapidísima, gira mucho apenas movemos el volante. Una vez nos acostumbramos, podemos guiar el morro con una precisión milimétrica, ayudados por un eje trasero que es el que soporta la tracción (con este nivel de potencia no puede ser 4x4) y que nos redondea las curvas. Al límite es muy neutro gracias al reparto de pesos 50/50 y a un bajo centro de gravedad (y también porque puede soportar mucha más potencia).

El motor de 180 CV responde muy bien, resultando muy progresivo desde bajas vueltas; remata con solvencia sobre las 5.000 revoluciones y

cumple de sobra para la potencia anunciada. Además, el mando ´DNA´, ya visto en otros modelos de la marca, cambia notablemente su comportamiento, desde un programa más relajado y ahorrativo, hasta otro más decidido y que pone, entre otras cosas, la dirección aún más directa y le hace ser más deportivo al cambiar la respuesta al acelerar.

En cuanto al consumo, el Giulia aprueba con nota, pues consigue homologar una media de 4,2 litros por cada 100 km. Nosotros hemos rondado los seis litros en una conducción rápida pisando además la ciudad, por eso nos parece un consumo muy ajustado para una berlina ya de cierta potencia como esta.

El Alfa Romeo Giulia con el propulsor de 180 CV está disponible con el acabado ´Super´. Al ser un nivel intermedio (por debajo está el de base y por encima está el ´Veloce´), va muy equipado, con elementos como el aviso de colisión frontal con frenada de emergencia y reconocimiento de peatones, la advertencia por abandono involuntario de carril, el programador de velocidad, el climatizador doble, el equipo de audio con pantalla de hasta 8,8 pulgadas, las llantas de 17 pulgadas, el escape doble, la tapicería de piel y los sensores de aparcamiento.

El precio de esta preciosa berlina que destila diseño italiano, con el deseable motor diésel de 180 CV, es de 37.850 euros si se configura con la caja manual. Con la automática sube hasta los 40.350 euros.