Hace unos tres años, BMW actualizó su Z4 con ciertos cambios estéticos y de equipamiento. Además se incluyó un nuevo propulsor de base de gasolina con 156 CV. Los demás motores son también de gasolina y su gama queda configurada por cinco variantes: 18i de 156 CV, 20i de 184 CV, 28i de 245 CV, 35i de 306 CV y 35is de 340 CV. Las cajas de cambios son manuales de seis relaciones, excepto para el más potente 35is de 340 CV, que monta una automática de doble embrague y siete marchas de serie. Esta última se ofrece en opción para el 35i de 306 CV. El resto de mecánicas también disponen de un cambio automático, pero de convertidor de par con ocho relaciones. En todos los casos la tracción es al eje trasero. Nosotros hemos podido probar el nivel intermedio 28i de 245 CV con la caja de cambios automática, una cadena motriz más que suficiente para procurar mucha diversión a bordo del precioso descapotable.

Esta segunda generación vigente ganó el techo rígido (de aluminio) retráctil en lugar del que tenía antes de material textil, así ha sumado aislamiento térmico y acústico. Se puede accionar en marcha hasta una velocidad de 40 km/h y tarda alrededor de 20 segundos en completar la operación. Cuando se guarda en el maletero, éste queda con una capacidad de carga de 180 litros (con el techo puesto el volumen asciende a 310 litros).

Pero, además de descapotable y de tener un diseño en el que el paso de los años no ha hecho mella, nuestro Z4 es potente. El nivel intermedio que aporta la variante 28i hace que nos olvidemos de los 35i y 35is (las diferencias en precios son de unos 5.000 euros con el primero y de casi 15.000 euros con el segundo). Van tan bien sus 245 CV que sobran para divertirnos a ritmos de infarto con esta carrocería.

Hay que decir que este propulsor sustituyó al 30i de 258 CV, que montaba seis cilindros y tres litros de cubicaje. El nuevo 28i se configura en un bloque de dos litros y cuatro cilindros sobrealimentado. Suena casi igual de bien que el descatalogado, con la ventaja de un gasto algo más contenido (6,8 litros de media, tanto con la caja manual como con la automática). Con todo esto, el Z4 28i acelera hasta los 100 km/h desde parado en solo 5,5 segundos (más rápido que otros deportivos más potentes) y su velocidad punta está limitada a 250 km/h.

En marcha podemos jugar con varios modos de conducción. Seleccionando ´Sport´ o ´Sport+´ la dinámica aumenta, al tiempo que se retrasan las ayudas electrónicas. Con estos perfiles, especialmente con el segundo de ellos, la respuesta se hace más directa, las transiciones del cambio automático de ocho marchas se realizan a un régimen mayor, se endurece la suspensión opcional adaptativa y la dirección es más directa. Al volante gira con precisión, aunque hay que estar preparado para ser muy fino manejando si restringimos la electrónica yendo muy rápido. Al margen de eso, el Z4 se puede utilizar a diario teniendo en cuenta su enorme capó (no sabemos donde empieza el coche) y que la posición de conducción muy baja puede restar algo de visibilidad.

Como buen deportivo de la firma, el Z4 28i va bien equipado: faros bi-xenón, freno de estacionamiento eléctrico, control de velocidad, climatizador, equipo de audio con Bluetooth, sensores de lluvia y luces, monitorización de neumáticos y llantas de 17 pulgadas, entre muchos otros elementos.

El precio del BMW Z4 28i es de 50.600 euros con caja manual. Nuestro Z4 28i automático cuesta 53.386 euros.

Prestaciones

Con el motor de gasolina de dos litros de 245 CV, el Z4 28i acelera hasta los 100 km/h desde parado en 5,5 segundos y alcanza los 250 km/h. El consumo medio homologado es de 6,8 litros y las emisiones son de 159 gr/km de CO2.