Hace un mes asistíamos a la presentación nacional de la nueva berlina de Alfa Romeo, y esta semana ya la hemos podido probar a placer gracias a Huertas Center, concesionario oficial de la marca italiana en Murcia.

De las tres posibilidades de gasóleo que hay (de momento en gasolina solo está disponible el tope de gama Quadrifoglio de 510 CV...), hemos tenido la oportunidad de conducir la variante más potente, dotada de 180 CV, sacados de un bloque de cuatro cilindros y 2,2 litros de cubicaje. Los restantes salen de ese mismo bloque pero con rangos de 136 y 150 CV. Nuestro Giulia 2.2 diésel se asocia al cambio manual de seis relaciones y tiene la opción de uno automático de ocho.

Al primer golpe de vista, el nuevo Alfa Romeo entra muy bien por los ojos. Su tamaño de berlina compacta (4,63 metros) enamora por sus líneas fluidas y las proporciones de los tres volúmenes. La conseguida aerodinámica (0,25 Cx) promete bajos consumos y menos ruido a altas velocidades. Dentro hay materiales con clase; incluso los plásticos de tacto más duro están bien tratados y el diseño es vistoso y las combinaciones de colores de las molduras crean una atmósfera ´premium´. Es verdad que detrás se disfruta, porque el hueco para las piernas y la anchura disponible son grandes (el maletero presenta una capacidad de 480 litros), pero es en el puesto de conducción donde el Giulia apasiona. Nos podemos sentar muy abajo, lo que aumenta la sensación de deportividad, y todos los mandos se han ubicado en una posición muy accesible y cómoda. El tacto del volante es inmejorable, con un aro fino y una piel muy agradable en las manos, y como curiosidad incluye el botón de arranque del motor.

En marcha no defrauda en absoluto. Comenzando por una dirección rapidísima (gira mucho con pocos grados) que guía el morro con total precisión y siguiendo por el tacto de la palanca de cambios de la caja manual, que tiene recorridos cortos y es divertida de accionar. Circulando es muy neutro gracias al reparto de pesos 50/50 y a un bajo centro de gravedad, contando siempre con el dinamismo y la maniobrabilidad de la propulsión trasera. La respuesta del motor de 180 CV es muy progresiva sin que por ello esté hueco a bajas vueltas; sube muy bien rondando las 5.000 revoluciones y cumple de sobra para la potencia anunciada. Además, el selector ´DNA´, ya visto en otros modelos de la marca, cambia notablemente los parámetros de conducción, desde un programa más relajado y ahorrativo, hasta otro más decidido y que pone, entre otras cosas, la dirección más directa y adelanta la respuesta del motor al acelerar (le hace ser un poco más deportivo de lo que es).

En el apartado del consumo también el Giulia pasa con nota, pues consigue homologar una media de 4,2 litros por cada 100 km. Que hayamos estado por los seis litros en una conducción rápida pisando además la ciudad (y sus constantes atascos por la zona norte) nos parece un consumo muy ajustado para una berlina ya de cierta potencia como esta.

El Alfa Romeo Giulia con el propulsor de 180 CV implica necesariamente el acabado ´Super´. Eso significa que va equipado hasta arriba con elementos como el aviso de colisión frontal con frenada de emergencia y reconocimiento de peatones, la advertencia por abandono involuntario de carril, el programador de velocidad, el climatizador doble, el equipo de audio con pantalla de hasta 8,8 pulgadas, las llantas de 17 pulgadas, el escape doble, la tapicería de piel y los sensores de aparcamiento.

El precio de esta preciosa berlina que destila diseño italiano, con el deseable motor diésel de 180 CV, es de 37.850 euros si se configura con la caja manual. Con la automática sube hasta los 40.350 euros.

Prestaciones

Con el motor 2,2 l. de 180 CV, el Giulia acelera hasta los 100 km/h desde parado en 7,2 segundos y alcanza una punta de velocidad de 230 km/h. El consumo medio homologado es de 4,2 litros por cada 100 km y las emisiones se quedan en los 109 gr/km de CO2