El resurgir de SsangYong en nuestro mercado se va consolidando, tras crecer un 33 % en 2015 y fijar un asequible objetivo de 4.500 unidades vendidas para este 2016 -todavía lejos de las 12.000 que llego a matricular en su mejor año en nuestro mercado-.

Ahora, después de la buena aceptación del Tivoli, el SUV compacto de la marca, y tras una inversión de 280 millones de euros y 4 años de desarrollo, llega el XLV, un monovolumen compacto de 4,44 metros de largo y atractivas líneas que se ofrece con cinco plazas -es posible que más adelante disponga de siete, aunque la marca no lo confirma-. Emplear la misma plataforma del Tivoli, pero con un aumento del voladizo posterior de 24 centímetros, le permite un inmenso maletero con 720 litros de capacidad. Todo ello acompañado de los nuevos y eficientes motores y cajas de cambios manuales y automáticas -por el momento no está disponible en 4x4-. Las dos mecánicas , una diésel y otra de gasolina, comparten la arquitectura de cuatro cilindros y cubican 1,6 litros. La de gasolina rinde 128 CV y la de gasóleo da 115 CV. Ambas se asocian a un caja manual de seis relaciones de serie, aunque el diésel se puede pedir con un cambio automático del mismo número de marchas.

Teniendo en cuenta que SsangYong es una marca especializada en SUV´s -Rexton, Korando y Tivoli- y monovolúmenes -el Rodius sigue siendo el modelo más vendido de la casa-, es normal que el nuevo XLV conjugue inteligentemente, lo mejor de ambos mundos. Así, la parte delantera es un Tivoli, mientras que la abultada, pero bien integrada, parte trasera nos recuerda a la del Rodius. Se podrá decir que ni tiene siete plazas -el 39 % de los monovolúmenes compactos que se venden en España-, ni está disponible en 4x4 -no hay monovolúmenes compactos con tracción total en nuestro mercado-, pero lo cierto es que cumple sobradamente con las expectativas de la mayoría de los clientes de este segmento.

Existen tres ambientes de equipamiento: ´Line´, ´Premium´ y ´Limited´. De serie y desde el nivel de base encontramos elementos como el aire acondicionado, ordenador de viaje, programador de velocidad, equipo de audio con manos libres, sensores traseros de aparcamiento o llantas de 16 pulgadas. El acabado intermedio añade climatizador doble, sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas y cámara de marcha atrás, raíles en el techo, alerón trasero y tapicería de cuero sintético, entre otros. Por último, el acabado Limited suma a lo anterior la navegación, las llantas de 18 pulgadas, el techo solar, el acceso y arranque sin llave, los sensores de lluvia y luces o los retrovisores de plegado eléctrico.

En nuestra prueba, tuvimos la oportunidad de rodar con un diésel automático que nos transmitió muy buenas sensaciones. El interior resultó muy espacioso en todas sus plazas y tanto el diseño, como los acabados o la calidad de los materiales empleados destacaban. El XLV es un coche claramente orientado hacia el confort y la sencillez de manejo, aunque nos gustaron la ausencia de balanceos -típica de este tipo de vehículos-, el bajo nivel de ruidos y vibraciones y, sobre todo, la manejabilidad, impropia de un coche de cinco plazas y más de 700 litros de maletero. En el tráfico urbano se desenvolvía muy bien y nos atrevimos con aparcamientos muy ajustados.

Por último, y teniendo en cuenta su generoso equipamiento de serie, el XLV resulta ente un 8 y 14 % más económico que sus principales competidores, con un precio que arranca en los 16.650 euros para el gasolina y en los 22.000 euros en el caso del diésel. Sin lugar a dudas, una elección inteligente y acertada.