Lejos de ser un ´SUV´ al uso, porque se aleja de las limitaciones que éstos tienen en ámbitos de campo, el Renegade ofrece además una estética muy ´Jeep´, lo cual es un valor añadido, y unas posibilidades mecánicas de gama realmente completas.

Disponible con motores diésel de 120, 140 y 170 CV y gasolina con 110, 140 y 170 CV, monta cajas de cambios manuales de cinco o seis marchas que pueden cambiarse (según el motor) por una automática de nueve relaciones. También dependiendo de la mecánica, la tracción total o la sencilla 4x2 están disponibles. Nosotros hemos contado para esta ocasión con una unidad dotada del motor más básico de gasolina, que se une a la caja de cambios manual de cinco relaciones y a la tracción delantera.

El Renegade tiene unas medidas muy compactas de 4,25 metros de longitud, 1,80 metros de ancho y 1,69 metros de alto, que no repercuten en un interior angosto, más bien al contrario, pues dentro hay espacio de sobra para cinco. Destaca en la fila trasera la altura al techo gracias al diseño exterior del coche, que no condiciona esa cota. Además estos asientos se pueden desplazar longitudinalmente unos centímetros para dar prioridad a la zona de carga o a las piernas de los ocupantes. El maletero mete hasta 350 litros de capacidad y cuenta con un práctico separador para compartimentar los bultos. Abatiendo las plazas traseras, el volumen sube hasta los 1.297 litros.

El puesto de mandos lo tiene todo a la mano y el conductor recibe completa información gracias a una pantalla que está en el tablero de instrumentos. Es de serie de 3,5 pulgadas y se complementa con otra en mitad del salpicadero que gobierna el sistema multimedia ´Uconnect´ de 5 pulgadas. El aspecto de los plásticos de las consolas y guarnecidos es resistente, está bien rematado y no apreciamos ruidos procedentes de vibraciones al pasar por baches o imperfecciones de la carretera.

Al volante da la sensación de ser un coche sólido, con buen tacto y estar óptimamente aislado. El motor de 1,6 litros y cuatro cilindros rinde en esta versión 110 CV, suficientes para cualquier uso si se practica una conducción relajada. Con esta opción no se puede montar la caja de cambios automática de nueve marchas (ni la tracción total), pero a cambio la manual asociada no plantea problemas de funcionamiento. Destaca por su silencio de funcionamiento, su suavidad de marcha y por un consumo homologado de 6 litros.

Con este propulsor hay dos opciones niveles de dotación, Sport y Longitude. De serie y desde el primero de ellos, el Renegade equipa elementos como las llantas de 16 pulgadas, el equipo de audio con la mencionada pantalla de 5 pulgadas Uconnect Live, aire acondicionado, freno de mano eléctrico, monitorización de la presión de los neumáticos y sistema de arranque y parada del motor, entre otros. El acabado Longitude permite acceder a más elementos de dotación y es algo más completo por un sobrecoste de 1.700 euros.

Muy atractivo por su aspecto de Jeep de los de ´toda la vida´, pero con detalles modernos y con un equipamiento abundante, el Renegade en su versión básica de gasolina nos ha gustado por su suavidad de marcha y sencillez mecánica, que no hace ascos a un uso más lúdico gracias a su altura al suelo y cortos voladizos. La sombra de los eficientes diésel está ahí, pero nuestro 1,6 l. de gasolina con 110 CV va muy bien y es suficiente para ir a buen ritmo sin vibraciones mecánicas. El precio de partida de esta versión Sport de 110 CV es de 20.100 euros.