El modelo que estrenó la familia Q del fabricante de Ingolstadt se ha puesto al día con una nueva entrega que ha superado todas nuestras expectativas. Asistentes a la conducción avanzados, aún más refinamiento en todos sus rincones y lo último en mecánicas resumen una calidad de marcha pocas veces vista que hace que el pasar de los kilómetros sea todo un placer.

Disponible con precios que parten desde los 62.250 euros, la gama abarca tres propulsores diésel, dos de ellos con un mismo bloque de tres litros de cilindrada y seis cilindros, con 218 y 272 CV, otro de cuatro litros y ocho cilindros de 435 CV, y uno de gasolina de tres litros con 333 CV. Recientemente se ha puesto a la venta una versión híbrida ‘e-tron’, que combina un motor de gasóleo con otro eléctrico para dar una potencia de 374 CV. De entre todas estas posibilidades probamos una de las más equilibradas, el Q7 diésel 3.0 TDI de 272 CV, cuya potencia ya cumple de sobra para mover los más de 2.000 kg de un conjunto que puede configurar su interior con cinco o siete plazas, igual que la generación anterior.

Una de las cosas que más nos llaman la atención al conducir el nuevo Audi Q7 es la cantidad de ayudas que puede montar para asistirnos, como el sistema de conducción en atascos, que funciona por debajo de 65 km/h siguiendo al vehículo precedente, sin que el conductor apenas actúe (ni volante ni pedales). Esta opción va relacionada con el control de velocidad por radar. Otro dispositivo interesante es uno enfocado a la eficiencia, que tiene en cuenta los datos de la cartografía y el trazado a través de una cámara y adapta la velocidad que está seleccionada para rebajar el consumo en cada caso. Además de estos sistemas, hay uno que puede detener el coche en un intersección si detecta que viene otro; un asistente para evitar colisiones que recomienda el giro de volante adecuado para esquivar el obstáculo y otro que corrige la dirección para mantenernos dentro del carril. El asistente para estacionar se ha revisado y ahora permite más funcionalidades y se complementa con un sistema de cámaras que crean una imagen cenital del coche y de los objetos cercanos. Para terminar con el extenso apartado de innovaciones, podemos mencionar que el Q7 estrena un avanzado sistema para maniobras con remolques, en el que el vehículo asume la mayor parte de las acciones (el conductor debe marcar la dirección deseada).

En marcha, el Audi Q7 acoge a sus ocupantes con una comodidad fuera de lo común. Encima el aislamiento es formidable, y apenas nos llegan ruidos del exterior, ni mecánicos ni de viento. El propulsor va sobradísimo, apoyado no sólo en sus 272 CV de potencia, si no también en una cifra de par de nada menos que 600 Nm constantes entre 1.500 y 3.000 revoluciones. Con estos mimbres, siempre hay potencia debajo del pie derecho, da igual la velocidad a la que vayamos y la caja automática propuesta es una aliada perfecta para exprimir la enorme fuerza que tiene cuando hace falta y economizar carburante en conducción relajada. Tiene ocho marchas y permite un manejo secuencial en el volante, pero, dado lo bien que va, confiamos en todo momento en sus propias leyes de gobierno.

Otra ayuda a las reacciones del coche es la tracción quattro de Audi, que en condiciones normales reparte en una proporción del 40 % al eje delantero y un 60 % al trasero el par del motor, pero, dependiendo de las necesidades de adherencia, ese reparto puede desplazarse más hacia adelante o hacia atrás de manera inteligente.

En materia de consumo, el Audi Q7 3.0 TDI homologa una media de 5,7 litros por cada 100 km. Un valor que, si bien nos ha subido algo en nuestras pruebas, rondando un litro y poco más, se ha mantenido en un margen más que destacable para un 4x4 de estas características.

No podemos pasar por alto su elaborado interior, realizado con los mejores materiales, muy acogedor por sus asientos y la iluminación ambiental de Led y espacioso por el tamaño de la carrocería. Configurado con siete plazas en uso, el maletero se queda en casi 300 litros, lo cual no está nada mal. Con cinco ocupantes, el espacio de carga sube hasta los 770 litros (la variante de cinco asientos tiene 890 litros). Delante, el afortunado conductor tiene todo a la mano y destaca la forma de la consola central, muy vanguardista, con el selector del cambio junto a la superficie táctil que permite gobernar el completísimo sistema multimedia MMI. Además de la pantalla del salpicadero, puede haber otra que cumple las funciones del tablero de instrumentos, ofreciendo una información todavía más completa y vistosa.

En resumen, el nuevo Audi Q7, con el motor 3.0 TDI de 272 CV, es una de las opciones más equilibradas de la familia, que a su vez es una de las más avanzadas de su selecta categoría. La mecánica tratada pone al Q7 en un precio que parte desde los 66.310 euros.