El MINI Countryman sufrió cambios el pasado año para actualizar su gama de motores, equipamiento disponible y un poco su estética. Comenzando por esto último, la apariencia, los diseñadores han acentuado más el perfil afilado, que incluye nuevas llantas, y dado una imagen más agresiva por la parrilla hexagonal y los renovados paragolpes. Detrás, el portón también cambia, así como la zona inferior de la defensa. Se han añadido tres colores más a la carta disponible de la carrocería y se completan las posibilidades de personalización a base de adhesivos decorativos para el exterior (artículos muy demandados por los incondicionales de la marca).

Dentro se subrayan ciertos detalles, se oscurecen las esferas del velocímetro y cuentarrevoluciones y los asientos traseros se pueden desplazar longitudinalmente 13 cm. y abatir en proporciones 40/20/40. El maletero va desde un volumen de carga de 350 litros (buen valor para su tamaño) hasta los 1.170 litros si plegamos la fila trasera.

El abanico de propulsores abarca bloques de cuatro cilindros y 1,6 litros de cubicaje en el caso de los gasolina, con potencias de 98 CV (One), 122 CV (Cooper), 190 CV (Cooper S) y 218 CV (John Cooper Works). En diésel también hay bloques de cuatro cilindros y son de 1,6 litros para las potencias de 90 CV (One D) y 112 CV (Cooper D), y de 2,0 litros para el de 143 CV (Cooper SD).

Se asocian a cajas de cambios manuales de seis marchas de serie y en opción hay una automática del mismo número de velocidades para todas las variantes, excepto para el diésel menos potente, que tampoco puede montar la tracción total inteligente ‘ALL4’, ofrecida en opción para el resto de la gama (en el John Cooper Works va de serie). Nosotros hemos tenido la oportunidad de probar con detenimiento una unidad del Countryman dotado con el motor de gasóleo intermedio de 112 CV, el MINI Cooper D Countryman.

Nos encontramos quizá con la opción más racional por economía de uso, pues presenta un gasto homologado de 4,2 litros por cada 100 km. El Cooper D Countryman se mueve con la agilidad de un motor solvente que empuja bien desde abajo y que tiene la zona media como espacio predilecto. El tacto del cambio manual es sólido, muy al estilo BMW, al que uno se acostumbra pronto y no presenta ningún problema. Las relaciones del grupo final largas priman el confort de marcha y el ahorro (a 120 km/h vamos en sexta a unas 2.200 rpm.), aunque a cambio hay que reducir una marcha si queremos ganar velocidad con más brío.

En cuanto a la dinámica, este Countryman, a pesar de ser la carrocería de MINI más grande y pesar casi 1.400 kg, conserva el tacto característico de los modelos de la firma británica, con una pisada muy aplomada y unas sensaciones al volante muy directas que comunican de manera sobresaliente el firme por el que nos movemos. La estética de ‘crossover’ campero no debe llevar a engaño, porque, aunque levanta los bajos más que un coche normal, deambular por espacios poco asfaltados está limitado por el bajo perfil de las ruedas que monta de serie y la tracción, que en nuestro caso es a las ruedas delanteras.

El equipamiento para nuestro Countryman contiene elementos como el ordenador de viaje, equipo de audio, faros antiniebla con Led, luces de ambiente, control de presión de neumáticos, climatizador y volante estilo John Cooper Works. Hay un sinfín de opciones en paquetes que añaden una suspensión más deportiva, los asientos más duros, molduras exteriores de protección, sensores de aparcamiento, además del navegador con pantalla a color o un equipo multimedia más completo.

El precio del MINI Cooper D Countryman parte desde los 25.400 euros.

FICHA TÉCNICA

Nº de cilindros/disposición 4 en línea/del. transversal

Cilindrada (cc) 1.598

Potencia (CV/rpm) 112/4.000

Par máx. (Nm/rpm) 270/1.750-2.250

Tracción delantera / cambio manual de 6 velocidades

Dimensiones largo/ancho/alto (m) 4,10/1,79/1,56

Maletero (litros) 350

Peso (kg) 1.385

Velocidad máx. (km/h) 186

Aceleración 0-100 km/h (seg.) 10,9

Consumos (urbano/carretera/mixto-l/100 km) 4,7/3,9/4,2