Puesto al día el pasado año con importantes mejoras de aspecto, motores y dotación, el popular modelo alemán mantiene su estatus de referente dentro de la categoría. Sigue con el tamaño compacto de cuatro metros y sus formatos de tres y cinco puertas con un abanico mecánico que abarca seis motores de gasolina con 60, 75, 90, 95, 110 y 150 CV y dos de gasóleo de 75 y 90 CV. Las cajas de cambios pueden ser manuales de cinco o seis relaciones, en función del motor. En opción hay un cambio automático de doble embrague DSG de siete marchas. Nosotros hemos tenido la oportunidad de probar un Volkswagen Polo 1.4 TDI de 90 CV con el cambio manual.

La nueva oleada de propulsores del Grupo Volkswagen aumenta el rendimiento bajando la cilindrada (y de paso el número de cilindros). Así, el nuevo diésel de 90 CV sustituye a la anterior generación de la misma potencia pero con una cilindrada de 1,4 litros en lugar de 1,6 litros. Asimismo, las arquitecturas de tres cilindros ofrecen menos fricción y por tanto contribuyen al ahorro de combustible. Esto queda patente después de probar durante bastantes kilómetros una unidad del Polo dotado de esa mecánica. El consumo mejora notablemente, homologando ahora una media de 3,4 litros por cada 100 km. En nuestras manos, el ordenador de viaje ha marcado algo más, pero siempre cifras bajas, propias de un urbano más pequeño. A esto contribuyen medidas como el sistema ´Start&Stop´, que viene de serie en toda la gama. Por otro lado, quien espere las vibraciones y los típicos ruidos de los bloques de tricilíndricos se equivoca, pues el 1.4 TDI suena igual (incluso parece más silencioso) y apenas acusa traqueteos. El cambio asociado de serie es manual de cinco relaciones; tiene un tacto satisfactorio y las relaciones son adecuadas para sacar brío al motor en ciudad o adelantamientos y no penalizar en gasto por carretera a velocidad sostenida.

En cuanto al interior, el Polo despliega sus encantos mostrando su calidad por encima de la media, formada por plásticos de tacto agradable y ajustes bien rematados. El espacio está bien aprovechado, incluso detrás, y el maletero ofrece una capacidad de 280 litros que se pueden ampliar hasta los 950 litros si abatimos los respaldos de la fila trasera.

Como buen Volkswagen, el Polo tiene una gran cantidad de elementos, bien de serie o en opción. Hay tres líneas de dotación: ´Edition´, ´Advance´ y ´Sport´, y desde el nivel de acceso encontramos elementos como el aire acondicionado, el asistente al arranque en pendientes, un dispositivo que detiene el coche después de un accidente (para evitar una segunda colisión), el control de presión de ruedas o el equipo de audio con manos libres. El siguiente escalón añade ordenador de viaje, programador de velocidad o llantas de aleación de 15". Por último, el acabado ´Sport´ completa el listado con el climatizador, los faros antiniebla y el techo solar.

Mención aparte merece el nuevo sistema multimedia a bordo del Polo. Todas las funciones se manejan a través de una pantalla táctil de 5" o 6,5" cuya conectividad ha mejorado mucho respecto a sistema anterior. Ahora es posible reproducir sonidos del teléfono u otros dispositivos a través del Bluetooth o por las conexiones USB y auxiliar. Además la navegación por GPS es más sencilla e intuitiva.

En resumen, una acertada evolución que, si bien apenas aprecia cambios estéticos, no es menos cierto que su dotación mejora significativamente, así como su eficiencia mecánica.

El renovado modelo defiende su posición de alumno aventajado a base de eficiencia y calidad de realización. Recibe todas las mejoras de su marca en materia de mecánicas y ayudas a la conducción, para destacar de entre sus competidores en agrado de manejo y confort de marcha. No en vano se le puede considerar como un ´pequeño Golf´. Ésta versión diésel de 90 CV interesa por reacciones y gasto ajustado.