BMW nos ha convocado a algo tan apasionante como su Driving Experience, la demostración palpable de cómo funcionan sus coches en el ambiente para que prácticamente están diseñados los modelos más evolucionados de la gama. Así pues, tuvimos oportunidad de girar en el circuito de Jerez con los nuevos BMW M3 y M4 en su presentación nacional, y también con el M235i, que, en realidad, es un M-Performance, el paso previo a la gama M-Power a la que sí pertenecen los otros dos protagonistas de estas páginas.
El BMW M3, la versión más deportiva del Serie 3 de la marca alemana está a la venta desde 86.500 euros y monta un motor de seis cilindros en línea con dos turbocompresores para entregar 431 CV en un amplio régimen de giro; por su parte, el M4, monta el mismo propulsor en la carrocería coupé y se ofrece desde 88.500 euros. En cuanto al BMW M235i, monta un seis cilindros en línea turboalimentado que rinde 326 CV y está a la venta desde 49.900 euros.
Ya esperábamos una mañana llena de sensaciones en el trazado de Jerez, pero, como siempre, las expectativas se quedaron cortas.
Tuvimos la fortuna de comenzar con el M235i, el más modesto de los tres protagonistas. Pero ya este mismo modelo se reveló como una auténtica fábrica de adrenalina. Es un coche realmente sencillo de conducir, que entra en las curvas con una encomiable facilidad, lo que nos ha permitido una impresionante colección de errores. Pese a una suspensión menos firme que la de los M, sus 326 CV se demostraron ´letales´.
En cuanto al M3 y el M4, y a pesar de nuestras impresiones a priori, no fuimos capaces de diferenciar el comportamiento de uno u otro una vez en la pista. Ambos atroces, demoledores. Mucho más sencillos de conducir que los anteriores V8, con mucho par a menos vueltas. Sólo una cosa es menester distinguir: los frenos carbo-cerámicos; es cierto que cuestan 9.000 euros, pero soportan estoicamente una ´paliza´ en circuito. En resumen, estamos hablando de dos de los coches más eficientes en conducción deportiva que pueden comprarse con dinero.
