La segunda generación del Volvo XC90 es, para la marca sueca, el primer modelo de una nueva era pero -cómo no- sigue marcando la pauta en materia de seguridad, con el estreno de nuevas tecnologías que también tienen su incidencia en el equipamiento; y se anota buenos puntos en cuanto a la mejora de la eficiencia mecánica, con la llegada de motores de mejor rendimiento y menor consumo y emisiones. El nuevo XC90 es, además, el encargado de introducir entre el público una nueva imagen que Volvo perpetuará en futuros modelos.

La parrilla delantera de generosas dimensiones que luce el XC90, junto con una nueva interpretación del logotipo de la marca, son los ragos más personales del frontal, mientras que la zaga se resuelve con líneas similares a las de otros SUV de Volvo. En el interior los diseñadores suecos se ha concentrado en la mejora del confort de los ocupantes, que disfrutan ahora de materiales y acabados de mayor excelencia, junto con nuevos asientos (hasta siete, distribuidos en tres filas) que reducen la presión que recibe la espalda en caso de impacto. Conviene anotar la iniciativa de suprimir muchos de los controles habitualmente repartidos por el salpicadero y sustituirlos por una pantalla táctil situada verticalmente en la consola central.

La búsqueda de un mejor rendimiento mecánico se plasma, para empezar, en una reducción de peso de unos 125 kilos en comparación con la generación anterior, a pesar de que ahora se cuenta con más equipamiento y de que el tamaño ha aumentado de forma apreciable.

La gama de motores se compone de cinco ejemplares: dos de gasolina, otros tantos diésel -todos de cuatro cilindros y turboalimentados-, más una versión híbrida enchufable inédita hasta ahora en esta gama de la marca sueca. En los diésel empezamos con los 190 CV del D4 para seguir con los 225 CV del D5; en gasolina, el T5 de 254 CV abre la gama que culmina con el T6 de 320 CV. El híbrido enchufable T8 Twin Engine ofrecerá una potencia conjunta de 400 CV con un motor de gasolina asociado a otro eléctrico de 80 CV. Está dotado de tracción total y Volvo compromete una autonomía de hasta 40 kilómetros circulando únicamente en modo eléctrico, y un consumo medio homologado de 2,6 l/100 km.

En el campo de la tecnología aplicada a la seguridad, el Volvo XC90 destaca sobre sus pares. Por ejemplo, puede llevar un nuevo dispositivo de aparcamiento tanto en paralelo como en batería y con visión periférica. Tiene de serie el dispositivo ´City Safety´, que salvaguarda a los peatones de un posible atropello deteniendo el coche si fuera necesario en tráfico urbano y hasta una cierta velocidad. También puede contar con un control de crucero que adapta la velocidad al tráfico circundante e incluso con el sistema de asistencia en colas que controla aceleración, frenos y dirección en los atascos. Atención especial merece el asistente de frenada en cruces, que es capaz de ´percibir´ si viene un coche por uno u otro lado de l intersección, o el asistente de salida de la vía que, ante la posibilidad de que ocurra uno de estos accidentes, tensa los cinturones de seguridad delanteros. Por supuesto, el XC90 cuenta con elementos ya conocidos como la detección de objetos en ángulo muerto, o el detector de fatiga en el conductor.

Desde el pasado 3 de septiembre, Volvo ha puesto al alcance de los consumidores a través de internet una versión especial del XC90 denominada ´First Edition´ y limitada a 1.927 unidades (la cifra coincide con el año de la fundación de la marca), que lleva un alto nivel de equipamiento y los motores de gasolina más potentes. El resto de los XC90 se puede pedir desde noviembre, aunque las primeras unidades llegarán al mercado español en mayo de 2015. Los precios del nuevo Volvo XC90 arrancan en los 53.900 euros, y la especial versión ´First Edition´ cuesta 96.280 euros.