El Ciudad de Murcia perdió en el último suspiro dos puntos (1-1) de un partido que tenía ganado, y en el que, al menos tácticamente, fue superior al Numancia.

El conjunto murciano se acomodó desde el principio mucho mejor que el Numancia a las necesidades del partido, lo que finalmente se tradujo en una igualada final que tuvo sabor amargo porque el encuentro, a tenor de cómo había discurrido, debió terminar con triunfo de los rojillos.

Al Ciudad de Murcia le sobraron treinta segundos, precisamente el tiempo que medió entre la consecución del tanto del empate y el saque desde el centro, porque el árbitro no dio opción a que se produjera ni siquiera una primera jugada.

El técnico del Ciudad de Murcia, Abel Resino, planteó una defensa de cuatro con Raúl Medina y Gibanel por delante, otra línea de tres con Rivero, Luque y Kome y como referencia en ataque Ibán Espadas.

Enrique Martín presentó idéntico sistema en el combinado numantino, con la particularidad de que situaba a Juanpa en el lado derecho de la defensa en tanto que ponía a Yanguas en el centro como vigilante de Gibanel.

Todo ello daba lugar a que el partido, al menos en los primeros cuarenta y cinco minutos, fuera muy táctico y trabado, con numerosas interrupciones, tratando cada uno de los dos equipos sacar el máximo provecho de los lanzamientos a balón parado. El encuentro tenía muchas interrupciones, de ahí que el fútbol efectista brillase por su ausencia y, por qué no, las ocasiones ante las respectivas porterías tampoco abundasen o, cuando menos, no fuesen lo suficientemente claras.

En el minuto 3 pudo adelantarse el Ciudad de Murcia en el marcador con un disparo de Gibanel de media volea que el meta Núñez mandó a córner.

En el minuto 12, idéntica suerte tuvo el Numancia con un estupendo servicio de Tevenet al que no llegó Palacios con la cabeza en la misma línea de gol. Y en el minuto 21, Juan Carlos Moreno, en el lanzamiento de una falta, también dispuso de una buena ocasión.

De todos modos, movía mejor la pelota el Ciudad y llevaba la iniciativa. En todo caso, en el tiempo añadido de la primera parte, Pineda, sin portero, disparaba el balón fuera desde lejos.

El penalti

El segundo tiempo iba a ofrecer un panorama completamente distinto, como consecuencia de una jugada clave que vino a condicionar el desarrollo del partido cuando escasamente se habían cumplido dos minutos de la reanudación. El Ciudad de Murcia se había aproximado con peligro a la portería soriana en un disparo de Luque que no retuvo Álvaro Núñez, y que terminó con penalti y la expulsión del defensa numantino Ochoa por agarrón a Kome dentro del área.

Luque transformaba la pena máxima y el encuentro iba a tomar una dimensión completamente diferente, porque el Numancia, con el marcador en contra, tenía que afrontar la práctica totalidad del segundo tiempo con un efectivo menos: un hombre clave, Ochoa, en el planteamiento de Enrique Martín.

Pese a tan importante adversidad, el técnico local no sólo no modificó el sistema táctico, dejando a tres defensas y un solo central, sino que poco después incorporaba a un delantero más como Miguel Cedrón, que sustituía a Palacio. Antes, Del Pino pudo empatar el partido pero el remate, tras una jugada personal, se marchó por arriba. Luego Tevenet cabeceó fuera un servicio de Moreno, en el minuto 54, e Ibán Espadas, en la jugada siguiente, ponía a prueba al portero Álvaro Núñez, que realizaba una estupenda intervención.

El Numancia se encorajinó y puede que el partido hasta tomase un ritmo muy diferente al que había tenido hasta entonces. Pero en todo caso, al juego numantino le faltaba fluidez y sobre todo sentido.

A todo esto, Sergio Torres había entrado en el minuto 71 en el puesto de Rivero en el afán de Abel Resino de controlar la zona central y no tardaría mucho tampoco en ingresar Goitom en el puesto de Ibán Espadas tratando de aprovechar la velocidad del futbolista sueco que pudiera materializarse en un segundo gol. El Ciudad manejaba mejor los tiempos del partido y mientras que el conjunto murciano disponía de una oportunidad de Kome en el minuto 76, el Numancia, con no demasiada claridad de ideas, también gozaba de dos buenas ocasiones, una de ellas de Moreno, en el minuto 82, que no encontró rematador en un barullo en el área murciana, y otra de Corredoira a cinco minutos de cumplirse el tiempo reglamentado cuando se anticipó al meta José Juan en su salida, aunque el remate del futbolista local se marchó fuera.

Y cuando todo hacía suponer y nadie dudaba ya del triunfo del Ciudad de Murcia se produjo la otra jugada clave del encuentro en el minuto 92 cuando Corredoira sacó un córner, Moreno envió un remate envenenado y Rubén, de cabeza, marcaba prácticamente desde dentro de la portería.

Alegría en los aficionados sorianos y desilusión en el Ciudad, que a escaso medio minuto del silbato final veía cómo se esfumaban dos puntos de su casillero, en un partido muy bien trabajado del que sin duda debió salir vencedor.