El asalto se produjo en la zona conocida como Barrio Chino, en las proximidades del paso fronterizo allí existente y donde la valla tiene ya una altura de seis metros.

Según las fuentes, casi un centenar de metros de vallado fue abatido por los asaltantes, que incluso llegaron a quitar los pivotes que la sustentan.

La policía marroquí sólo disponía de un pequeño retén de la Gendarmería en su territorio que nada pudieron hacer para evitar la avalancha.

Como resultado del asalto hay más de veinte heridos, ninguno de gravedad, con la excepción de un Guardia Civil que fue golpeado en la cabeza con una piedra por los asaltantes.

El asalto de esta madrugada es el mayor de los registrados hasta la fecha en Melilla, donde además de la Guardia Civil patrullan el perímetro unidades militares, que según las fuentes consultadas por EFE no pudieron hacer nada para evitar la avalancha de emigrantes que había sido estratégicamente preparada en una zona que se consideraba poco apropiada para llevar a cabo este tipo de actuaciones.