Cinco inmigrantes subsaharianos murieron ayer de madrugada, al menos dos de ellos, según la investigación, con heridas de bala marroquíes, al participar en un asalto masivo a la verja que separa Ceuta de Marruecos, y 480 efectivos del Ejército comenzaron a colaborar en el control del vallado fronterizo de las dos Ciudades Autónomas. El dramático resultado de este nuevo intento de saltar el vallado, en el que participaron unos 500 inmigrantes, fue de dos cadáveres en territorio español y de tres en el marroquí, según informó la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. Los inmigrantes subsaharianos, que desde hace semanas intentaban pasar a España a través de la valla melillense, optaron antenoche por el único lugar de la verja de Ceuta que todavía es de tres metros de altura, en la zona conocida como Finca Berrocal.

La Guardia Civil se vio desbordada para contener la avalancha de inmigrantes y requirió la colaboración de la Policía Local, que empleó también material antidisturbios. De todos los inmigrantes que participaron en el salto, de nuevo ayudados por rudimentarias escaleras construidas con madera, 156 lograron saltar el doble vallado y al menos 102 fueron atendidos en diferentes centros hospitalarios de Ceuta, la mayoría con heridas leves.

El Consejo de Ministros aprobará hoy un plan especial de seguridad para ambas ciudades y abordará el problema de los centros de internamiento. En cada Ciudad Autónoma se desplegarán dos compañías del Ejército, compuestas por 120 miembros cada una, que actuarán bajo "coordinación y mando" de la Guardia Civil y desarrollarán labores de vigilancia con los criterios de funcionamiento de ese Cuerpo.

Según explicó el ministro de Defensa, José Bono, se trata de efectivos pertenecientes a unidades de legionarios y regulares de las comandancias militares de las dos ciudades autónomas.