El entierro de Juan Martínez Galdeano, fallecido en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar (Almería), culminó con abucheos al Instituto Armado a las puertas del cuartel y petición de "justicia" ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 que instruye las diligencias.

Varias decenas de vecinos que regresaban del cementerio de San Jerónimo, donde descansan ya los restos del agricultor, se concentraron en la plaza del Ayuntamiento, donde mantuvieron cinco minutos de silencio y desde donde se dirigieron a las puertas del cuartel de la Guardia Civil. Allí, los manifestantes profirieron gritos de "canallas", "criminales", "asesinos" y "perros" a los agentes del Instituto Armado, a quienes culpan de haber tratado a Juan Martínez "como a un perro", a pesar de ser "una persona trabajadora e inocente".

Luego, un grupo más reducido de personas se trasladaron al edificio de los Juzgados, donde pidieron a gritos "la verdad", mientras exigían "justicia", para que los presuntos responsables de su muerte "no anden sueltos por ahí". Previamente, en el camposanto se vivieron escenas de dolor cuando el cuerpo de Juan Martínez era sepultado y su viuda, de origen marroquí, tenía que ser atendida al sufrir un desvanecimiento.