Nueva era en la Casa Blanca

Trump y Bukele escenifican su polémica alianza en la cruzada del republicano contra la migración

Los dos mandatarios se niegan a retornar a EEUU a un salvadoreño que fue expulsado por un “error administrativo” pese a una decisión judicial

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, y su homólogo estadounidense, Donald Trump.

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, y su homólogo estadounidense, Donald Trump. / EFE

Idoya Noain

Idoya Noain

Nueva York

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha encontrado en su homólogo del Salvador, Nayib Bukele, el más firme aliado para acometer su polémica y dudosamente legal cruzada contra la migración. Esa alianza férrea ya quedó probada cuando Bukele empezó a ingresar a deportados y expulsados de EEUU en Cecot, su controvertida cárcel de máxima seguridad. Pero se ha escenificado en público y a máximo nivel este lunes, cuando en un encuentro en la Casa Blanca ambos han dejado claro que no pretenden retornar a EEUU a Kilmer Armando Abrego Garcia, un salvadoreño que Washington expulsó en marzo por lo que el Gobierno reconoció "un error administrativo" y cuyo retorno el Tribunal Supremo ha pedido a Trump que "facilite".

Ni el fallo de un tribunal inferior ni la sentencia del Supremo mueven a Trump y su equipo, que con sus retos a la justicia siguen dando pasos acelerados que asoman al país a una crisis constitucional. Ellos insisten en acusar a Abrego Garcia, ciudadano salvadoreño de 29 años que llegó sin papeles en 2011 y tiene una esposa y un hijo natural estadounidense, de pertenecer a la banda MS-13. No han ofrecido pruebas de esa acusación y, al meterlo en los primeros vuelos al Salvador, se han saltado la orden de un juez de inmigración que en 2019 dictaminó que no se le podía deportar pues podría ser objeto de violencia o tortura si volvía al Salvador. Al negarse a devolverlo, como pidió la jueza Paula Xinis, mantienen el desafío

El presidente de EE.UU., Donald J. Trump, saluda al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, afuera de la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, DC, EE.UU. EFE/SHAWN THEW

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, saluda antes de reunirse con Trump. / EFE

Este lunes en el Despacho Oval la fiscal general, Pam Bondi y el asesor Stephen Miller hacían una lectura interesada de la decisión del Tribunal Supremo remarcando que los jueces no ordenaron que el Gobierno "efectuase" el retorno de Abrego Garcia, sino solo que lo "facilitase". Defienden que el Alto Tribunal ha negado a cortes inferiores la capacidad de decidir sobre "asuntos de política exterior", y así es como califican este caso.

Bukele les daba este lunes en el Oval el mayor respaldo posible por partida doble. Por un lado, junto a un Trump exultante, el líder salvadoreño mostraba su opinión de que no tiene "el poder" para retornar a Abrego Garcia a EEUU. Por otro, ademas, decía tajantemente que no tiene ninguna voluntad de hacerlo. "Espero que no me esté sugiriendo que cuele a un terrorista en EEUU", le ha dicho a la periodista de CNN que le ha planteado si va a devolverlo (una reportera y un canal a los que Trump ha vuelto a insultar por la mera pregunta). "Por supuesto no voy a hacerlo".

Reclusos al interior de una celda en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) este viernes, en Tecoluca (El Salvador). EFE/ Rodrigo Sura

Reclusos en el interior de una celda en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). / EFE

Deportar a estadounidenses

Esa es una de las respuestas de Bukele que han hecho a Trump mostrarse exultante. Y el líder estadounidense no solo ha reforzado su idea de mantener lo que él y su Gobierno llaman "deportaciones", que en realidad son expulsiones que no respetan el proceso debido ni otros derechos de los migrantes, muchos de los cuales se ha probado que no tienen conexión con bandas violentas ni antecedentes penales (un factor que el Gobierno ignora elevando a delito la falta administrativa de entrar o estar sin papeles). Este lunes Trump insistía en la idea, ya sugerida con anterioridad, de que podría enviar a El Salvador a ciudadanos estadounidenses acusados de crímenes, una propuesta claramente inconstitucional.

"Estamos estudiando las leyes", ha dicho el republicano, que ha vuelto a mostrarse "totalmente a favor" de enviar a estadounidenses a prisiones como el Centro de confinamiento de terrorismo abierto por Bukele, que de momento ha llegado a un acuerdo para cobrar seis millones de dólares por aceptar a los migrantes "deportados", que por ahora son salvadoreños o de otros países, como Venezuela, que no aceptan las "devoluciones" de Washington. 

Jennifer Vásquez (c), la esposa de Kilmer Ábrego García, el migrante salvadoreño enviado por error a la cárcel de máxima seguridad de El Salvador por la Administración de Donald Trump, asiste a una rueda de prensa este 9 de abril de 2025, en el edificio Canon del Congreso en Washington (Estados Unidos). EFE/ Lenin Nolly

Jennifer Vásquez (c), la esposa de Kilmer Ábrego García, el migrante salvadoreño enviado por error a la cárcel de máxima seguridad de El Salvador. / EFE

"Lo pueden hacer por menos dinero y tener mucha seguridad", ha defendido Trump, que ha dicho que EEUU tiene "gente violenta, realmente mala, tan mala como los (migrantes) que entran" y ha puesto como ejemplo gente que "golpea en la cabeza con un bate a nonagenarios o viola a mujeres de 87 años".

"Tenemos mucha población carcelaria, muchas cárceles, y prisiones privadas, y algunas operan bien y otras no, imagino, pero él (Bukele) hace un gran trabajo", ha dicho también Trump.

El secretario de Estado, Marco Rubio, también defendía este lunes en el encuentro en el Despacho Oval que la alianza entre Trump y Bukele se ha "convertido en un ejemplo de seguridad y prosperidad" para el continente. La legalidad y el respeto a los derechos de los afectados, no obstante, están lejos de ser vistos por todos como un modelo.

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