Política de inmigración

Tusk reafirma su rechazo al pacto migratorio ante Von der Leyen y anuncia deportaciones

Tusk y Von der Leyen.

Tusk y Von der Leyen. / EFE

Beatriz Ríos

Bruselas

"Polonia no aplicará el pacto migratorio de manera que introduzca cuotas adicionales de migrantes", ha dicho el primer ministro polaco, Donald Tusk, durante una rueda de prensa este viernes en Gdansk, en presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que capitaneó la reforma de la política migratoria de la UE durante la pasada legislatura.

Con el partido Ley y Justicia todavía en el Gobierno, la UE alcanzó un acuerdo para reformar su política de migración y asilo, con el voto en contra de Varsovia. El conocido como pacto migratorio es un conjunto de legislaciones que sientan las bases legales de la acogida de nacionales de terceros países en la Unión Europea (UE), endureciéndolas. El Ejecutivo, ahora en manos de los populares Plataforma Cívica, ha cambiado de color pero la línea dura en política migratoria, no.

"Si alguien dice que Polonia tiene que asumir más responsabilidad, independientemente de quien lo diga, mi respuesta es que Polonia no asumirá más. Punto", dijo Tusk. Lo hizo ante la prensa, y a un palmo de la presidenta de la Comisión. Entre las competencias del Ejecutivo comunitario está precisamente hacer que se cumplan las leyes.

Polonia --como Hungría-- protesta por el pacto en general, porque cree que no ayuda a frenar los flujos migratorios. En particular, Varsovia y Budapest se oponen a la mecanismo de solidaridad que prevé un reparto proporcional de personas que lleguen a Europa en caso de crisis. Los países que se opongan a acoger, deberán ofrecer a cambio una contribución financiera.

Tusk ha defendido que Polonia ya está haciendo su parte acogiendo a millones de refugiados ucranianos. También que Polonia está "en una situación muy particular" dada la presión migratoria que sufre en su frontera con Bielorrusia. El popular polaco ha insistido en que están abiertos a cooperar para "proteger a Europa de la migración ilegal" pero que no acogerán más. "Hemos asumido más de lo que nadie podía imaginar hace solo unos años", ha recalcado.

En el marco del pacto migratorio, existe la posibilidad de que aquellos países que estén sometidos a un presión migratoria particular pueden acceder a medidas de solidaridad por parte de otros países. Pero esto no es lo que está pidiendo Tusk, sino justo lo que rechaza.

Línea dura en la Comisión

En noviembre del pasado año, la entonces comisaria de Interior, Ylva Johanson, advirtió que todos los países debían implementar el pacto. Si no, la Comisión tomaría medidas. Sin embargo, la que fuera su jefa y todavía presidenta de la Comisión ha sido este viernes mucho menos tajante.

Von der Leyen ha destacado "la extraordinaria solidaridad con Ucrania" de Polonia, "que alberga el mayor número de refugiados ucranianos desde hace casi tres años". Esto, ha dicho la presidenta de la Comisión, "hay que tenerlo en cuenta". La presidenta también ha hecho alusión al uso de las personas migrantes "como armas" por parte de Bielorrusia en el flanco este. "No es un problema migratorio, sino de seguridad nacional", ha insistido.

El mensaje de Von der Leyen se ha centrado en la necesidad de reducir los flujos migratorios a través de acuerdos con terceros países, acelerar las deportaciones de personas que no precisen protección internacional, y reforzar la seguridad en las fronteras. Pero no ha respondido qué le parece que Polonia no aplique el pacto cuya aprobación calificó de "histórica".

No es la primera vez que la Comisión asume la línea dura de Polonia. El pasado año, Tusk anunció que Polonia suspendía el derecho al asilo. Lo justificó por la llegada de personas en busca de protección internacional que Bielorrusia empujaba a su frontera. En un primer momento, Bruselas rechazó la medida pero acabó dando marcha atrás alegando que se trataba de circunstancias "excepcionales", en las que los países podían tomar medidas también excepcionales.

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