Crisis política en Francia
François Bayrou se abre a una negociación para modificar la reforma de las pensiones
La Francia Insumisa presenta una moción de censura nada más finalizar el primer ministro su primer discurso de política general

Archivo - El presidente francés, Emmanuel Macron, con el primer ministro François Bayrou / Gaizka Iroz/AFP/dpa - Archivo
"La reforma de las pensiones es vital para nuestro país y para nuestro modelo social", afirmó este martes el primer ministro de Francia, François Bayrou, en su primer discurso de política general frente a la Asamblea Nacional. Minutos antes de iniciarse la sesión parlamentaria, la expectación era alta. Los pasillos de la Cámara estaban abarrotados de periodistas que teorizaban sobre cuál sería la hoja de ruta del nuevo jefe del Gobierno. Un ambiente que recordaba al de unas semanas atrás, cuando el Ejecutivo de Michel Barnier fue tumbado con una moción de censura. Era tal la tensión que se palpaba en el ambiente que hasta el propio primer ministro se quedó en blanco durante su discurso: "Perdonad, he tenido un pequeño problema de orden de papeles", afirmó con una risa nerviosa.
Bayrou comenzó su intervención ante los diputados recordando la situación del sobreendeudamiento de Francia, pero el corazón del debate estaba en la reforma de las pensiones, principal escollo que impide que las negociaciones avancen y que mantiene al nuevo Gobierno en la cuerda floja. Sobre esto, Bayrou fue claro: "Las pensiones cuestan 380.000 millones de euros cada año, mientras que los empleados y los empleadores del sector privado y público financian el sistema con 325.000 millones. Quedan 55.000 millones que se pagan con cargo al presupuesto de las administraciones públicas y, en primer lugar, al presupuesto del Estado, con unos 40.000 o 45.000 millones. Esta deuda es ante todo un problema moral".
Para el primer ministro, la solución vuelve a estar en el tejado de los interlocutores sociales con el objetivo, no de suspender la reforma, sino de aplicar cambios que acerquen posturas entre todos los actores. No hay "ningú tabú, ni siquiera la edad" para negociar, según Bayrou, que se abre a la posibilidad de negociar una modificación de la polémica reforma si con ello consigue la anhelada estabilidad de Francia.
Aumento de los impuestos y control de la inmigración
"A raíz de la crisis derivada de la votación de la moción de censura, la previsión de crecimiento para 2025 se revisó a la baja hasta el 0,9% desde el 1,1%", afirmó Bayrou.
Francia necesita aplicar recortes para reducir su déficit público, situado en 6,1% a finales de 2024. No hay negociación con eso. El primer ministro anunció este martes que el esfuerzo solicitado a las autoridades locales no será de 5.000 millones de euros, como había previsto el Gobierno Barnier, pero sí de 2.200 millones, rebajando así algo de tensión.
La inmigración fue otro de los puntos que levantó ampollas en el hemiciclo. Bayrou consideró que es una cuestión de "proporción" y quiso ilustrar el problema que sufre el archipiélago de Mayotte con un didáctico ejemplo: "La instalación de una familia extranjera en un pueblo de los Pirineos es un movimiento de generosidad que se suscita y se despliega, pero cuando 30 familias se instalan, el pueblo se siente amenazado", afirmó para luego continuar: "La situación es exactamente la que conocemos en Mayotte. (...) Es exactamente como si hubiera 500.000 inmigrantes ilegales viviendo en barrios marginales dentro de las murallas de la ciudad de París. Nuestros compatriotas de Mayotte no lo pueden soportar".
Tras los ejemplos aportados, el primer ministro prometió más control fronterizo y administrativo sobre la inmigración irregular, así como también la cooperación entre el Ministerio de Justicia y de Interior para aumentar la seguridad y "restablecer la autoridad en Francia".
Un discurso que no convence
"François Bayrou demostró que no era el hombre de la ruptura, sino el hombre de la continuidad lenta, de la charla y de las consultas "interminables". Nada sobre el poder adquisitivo, nada sobre la inseguridad, nada concreto sobre la inmigración", afirmó el presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, en X.
No es el único al que no le convenció su primer discurso. Para Jean-Philippe Tanguy, del mismo partido de extrema derecha, se trata de una "decepción", y para los ecologistas, el primer ministro está cada vez más cerca de una moción de censura. "En dos días votaremos la censura", anunció la líder ecologista, Cyrielle Chatelain, "consternada" por un discurso "pobre" y "vago" del primer ministro.
Una moción que La Francia Insumisa presentóo después del discurso de política general del primer ministro, tal y como prometió, y que espera que sea votada por el resto de partidos que conforman el Nuevo Frente Popular (NFP), la unión de izquierdas creada para combatir a la extrema derecha en las pasadas elecciones legislativas. De no ser así, "los que no voten habrán roto con el NFP", afirmó el coordinador de los insumisos, Manuel Bompard.
La clave, en manos de los socialistas
Lunes por la tarde. Los socialistas se reunieron en el Palacio de Matignon por última vez con el primer ministro antes de su primer discurso de política general frente a la Asamblea Nacional. A la salida de la reunión, a la que también acudió el ministro de Economía, fumata negra: "Ausencia de avances significativos", afirmó el entorno socialista.
Este martes por la mañana, el socialista Olivier Faure volvía a dar esperanzas, lanzando una nueva propuesta al Gobierno para acercar posturas y cerrar las negociaciones. Ambas partes se encontrarían supuestamente a las puertas de un "posible acuerdo", asegurando que el Partido Socialista estaba "en proceso de obtener un cierto número de concesiones notables".
En manos de los socialistas está que el Ejecutivo pueda aprobar sus presupuestos e iniciar su andadura, pero también que el nuevo Gobierno consiga desvincularse de la extrema derecha de Marine Le Pen, de la que tanto dependía Barnier. Aunque no es tarea fácil.
El Partido Socialista reclama la suspensión de la reforma de las pensiones a cambio de un pacto de no censura. De lo contrario, sus 66 diputados votarían la moción presentada por La Francia Insumisa, y de nuevo, otro gobierno de Macron podría batir un récord de brevedad.
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