Reino Unido

El Parlamento británico inicia una reforma para acabar con los cargos hereditarios en la Cámara de los Lores

Cerca de 90 miembros actuales de la Cámara alta han heredado el asiento de sus progenitores, algo que el primer ministro, Keir Starmer, se comprometió a modificar en la campaña para las elecciones generales

Miembros de la Cámara de los Lores toma asiento durante la apertura del Parlamento, el pasado 17 de julio.

Miembros de la Cámara de los Lores toma asiento durante la apertura del Parlamento, el pasado 17 de julio. / HENRY NICHOLLS / POOL / AP

Lucas Font

Lucas Font

El Parlamento británico ha aprobado este martes en primera votación el proyecto de ley que prevé acabar con los cargos hereditarios en la Cámara de los Lores. Una norma impulsada por el Gobierno laborista y que, en caso de ser aprobada definitivamente, pondría punto y final a una tradición que se ha extendido durante siglos en el Reino Unido. Cerca de 90 miembros actuales de la Cámara alta –de un total de 804– han heredado el asiento de sus progenitores, algo que el primer ministro, Keir Starmer, se comprometió a modificar en la campaña para las elecciones generales, alegando que se trata de una práctica anacrónica y poco democrática.

Actualmente existen tres vías para ser miembro de la Cámara de los Lores. La más habitual es a través de un nombramiento por parte del rey, bajo recomendación del primer ministro. Ministros y asesores de antiguos gobiernos han sido nombrados lores como recompensa por su trabajo, no sin cierta polémica en algunos casos. La segunda vía es a través de herencia, mientras que la tercera está vinculada a la ostentación de ciertos cargos, entre ellos el del arzobispo de Canterbury, quien cuenta con su propio asiento en la Cámara alta, así como otros 23 obispos. Todos ellos tienen derecho a mantener el cargo de por vida. 

"En el siglo XXI, no debería haber lugares en nuestro Parlamento que hagan que nuestras leyes estén reservadas a quienes nacieron en determinadas familias. De hecho, somos uno de los dos únicos países que aún conservan ese elemento hereditario en nuestro poder legislativo, señal inequívoca de que ha llegado el momento de llevar a cabo este cambio que debería haberse producido hace tiempo", ha asegurado el ministro para la Oficina del Gabinete, Nick Thomas-Symonds, en una intervención en la Cámara de los Comunes. "Es una cuestión de principios para este Gobierno, comprometido con la justicia y con la igualdad", ha añadido.

Reforma anterior

El Gobierno laborista de Tony Blair ya trató de acabar con el carácter hereditario de los cargos en la Cámara de los Lores a través de una ley aprobada en 1999. Esa ley establece que "nadie podrá ser miembro de la Cámara de los Lores en virtud de un título hereditario", aunque fijó excepciones para 92 miembros, a la espera de una futura reforma. Entre los miembros que todavía mantienen su asiento están el duque de Wellington –descendiente directo del militar que comandó al Ejército británico en la derrota de Napoleón en Waterloo, en 1815– o John Attlee, nieto del ex primer ministro laborista Clement Attlee.

A pesar de que los laboristas no deberían tener problemas para aprobar definitivamente el texto –gracias a su amplia mayoría en la Cámara de los Comunes– el proyecto de ley ya ha recibido las críticas de miembros de la Cámara alta y de diputados del Partido Conservador, quienes consideran que la no adscripción a partidos políticos de muchos miembros hereditarios ejerce de contrapeso al Gobierno. "Estamos orgullosos de ser un país viejo, no uno nuevo. La Cámara de los Lores no pretende ser una cámara democrática, y ese es el punto clave", ha dicho el ex viceprimer ministro bajo el Gobierno conservador de Rishi Sunak, Oliver Dowden. "La Constitución británica debe seguir evolucionando, pero sólo debemos arreglar lo que está roto y ser cautos a la hora de precipitarnos en el cambio".

Altas remuneraciones

La aprobación de la ley pondrá punto y final a los cargos hereditarios en la Cámara de los Lores, pero se mantiene lejos del objetivo fijado por el Gobierno de Starmer, que apuntó en un primer momento a la sustitución de la cámara por una Asamblea de las Regiones y de las Naciones, que contaría con miembros electos y con una mayor representación de los diferentes territorios del Reino Unido. También se ha descartado, al menos por ahora, la propuesta de obligar a los actuales lores a dejar su cargo al cumplir los 80 años

La Cámara alta ha sido criticada por su elevado número de miembros –sólo superada en el mundo por la Asamblea Popular Nacional de China– y por las generosas remuneraciones de sus miembros. La mayoría de ellos tienen derecho a una asignación de 342 libras (410 euros) por cada sesión a la que asistan o a un salario que asciende hasta las 106.000 libras anuales (127.000 euros), en el caso del presidente de la Cámara.

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