El G7 anuncia sanciones contra los metales y diamantes de Rusia

Los líderes del G7 acentuaron su apoyo a Ucrania en un conflicto sin final a la vista y en vísperas de una contraofensiva sobre la que hay tantas expectativas que será difícil no defraudarlas. También se comprometieron en el primer día de la cumbre a acentuar la asfixia económica a Moscú. Para lo primero se bastan las mayores economías capitalistas del mundo, pero lo segundo es inviable sin la contribución de un mundo en desarrollo que conserva sus lazos con Rusia.

A Hiroshima, sede de la cumbre, llegará el domingo Volodimir Zelenski, programado primero en videoconferencia y confirmado en persona tras una intensa rumorología. Zelenski, al que se reserva el mediático colofón, acudirá en un avión francés desde Arabia Saudí, penúltima etapa de su frenética campaña diplomática para recabar apoyos.

El comunicado conjunto afirma que los miembros (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Japón) darán “nuevos pasos” para asegurarse del fracaso de la agresión rusa. “Eso afecta a las exportaciones de maquinaria industrial, herramientas y otra tecnología que Rusia utiliza para reconstruir su industria bélica”, aclara. También se limitarán las compras de metales y diamantes que engordan las arcas de Moscú.

Un problema serio para la eficacia de las sanciones es la llegada indirecta a Moscú de mercancías. El examen de los datos aduaneros de Alemania revela un incremento notorio de sus exportaciones a los países vecinos de Rusia y existen sospechas de que estos sean sólo una etapa intermedia. Otro problema, sin solución a la vista, es el desinterés de países como India, Brasil o China por rebajar su comercio con Rusia.

Nuevas medidas punitivas

La aclaración es pertinente porque en Bruselas crece el temor de que Estados Unidos pierda su interés si Ucrania no consigue avances significativos en el campo de batalla. Su compromiso en materia de sanciones se mantiene incólume. Hoy ha anunciado la inclusión de 70 entidades rusas en su lista negra de las exportaciones y 300 castigos adicionales a 300 individuos y entidades que ayudan a Rusia a regatear las sanciones. El Reino Unido prohibirá las exportaciones de diamantes, cobre, aluminio y níquel rusos. Y Canadá sancionará a decenas de individuos y compañías por proporcionar tecnología bélica a Moscú y violar derechos humanos. No ofrecieron novedades Italia, Alemania y Francia, a la espera de que la UE revele su próximo paquete de castigos.

La jornada había empezado con la visita de los líderes al museo y memorial de la paz de Hiroshima, levantados para el recuerdo de los 140.000 fallecidos por la bomba nuclear que Estados Unidos lanzó 80 años atrás. También pudieron conversar con los supervivientes de aquella barbarie, depositarios de un férreo compromiso por la paz y con un discurso sin brizna de rencor que devuelve la fe en el ser humano.

La cumbre es observada con recelo indisimulado por China. Una reunión internacional en Japón con Estados Unidos anticipa un alud de palos. Su embajada en Tokio, alertada por los “movimientos negativos” de las vísperas, ha pedido que no se convierta el evento en “un espectáculo político” contra China.

La prensa nacional ha sido más beligerante. Un editorial del diario 'Global Times' enfatiza las diferencias entre el G7 y la cumbre en Xi’an, cuna de los guerreros de Terracota, con representantes de cinco países del Asia Central. La segunda, juzga, es un ejemplo de sano multilateralismo, respeto y tolerancia. En la primera, en cambio, “un grupo exclusivo y cerrado provoca antagonismo y confrontación”. “El pensamiento hegemónico estadounidense impone la elección a los países no occidentales, dividiendo a un mundo diverso en aliados, peones geopolíticos, oponentes e incluso enemigos”, añade.