Violencia en Oriente Próximo

Irán celebra su manifestación anual anti-Israel en plena ola de tensión en Cisjordania

Decenas de miles de protestantes han salido a la calle en las grandes ciudades del país persa en una protesta promovida por el Gobierno iraní, que asegura que el final de Israel “está cerca”

Un miembro de las fuerzas paramilitares Basij sostiene una piedra con una frase que reza en árabe 'Pronto estaremos en Quds' durante una concentración.

Un miembro de las fuerzas paramilitares Basij sostiene una piedra con una frase que reza en árabe 'Pronto estaremos en Quds' durante una concentración. / EFE

Adrià Rocha Cutiller

Con pancartas rezando “Muerte a los Estados Unidos e Israel y “La destrucción de Israel llegará pronto”, y quemando banderas de los dos países —y retratos del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu—, decenas de miles de iranís han salido este viernes a la calle en Teherán, la capital de Irán, y las demás grandes ciudades del país para protestar en la manifestación anual del ‘Día de Jerusalén’, que se celebra cada año en el último viernes del Ramadán, el mes sagrado del islam.

Esta marcha, promovida por el Gobierno de la República Islámica, se celebra desde la toma del poder de los ayatolás del país persa, tras la Revolución Islámica de 1979.

“Los palestinos están confrontando activamente la agresión de Israel desde Gaza hasta el corazón de Tel Aviv. Ayer, nuestros hermanos luchaban con piedras. Ahora golpean a Israel con cohetes”, ha dicho durante la manifestación el presidente del parlamento iraní, Mohammad Bagher Ghalibaf.

Durante las últimas semanas, la tensión en Israel y la Cisjordania ocupada ha ido en aumento tras varios ataques y combates entre soldados israelís y ciudadanos palestinos. Estos ataques han ocurrido incluso dentro de la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén este. Al Aqsa es el segundo lugar, después de La Meca, más sagrado en el islam.

Israel, además, ha intercambiado fuego de artillería y bombardeos con el Líbano y Siria, dos países nominalmente en guerra contra el Estado hebreo. Esta escalada de tensión ha sido la más violenta desde 2006. “Israel dejará de existir en el futuro cercano. Su final está cerca, ya que se enfrenta a la actualidad a una cadena ascendente de crisis que llevarán a su fin”, dijo, este jueves, el jefe del alto mando militar del Ejército iraní, Mohammad Bagheri.

Protestas y complots

En otoño del año pasado, Irán vivió una ola de protestas antigubernamentales masiva que empezó a mediados de septiembre con la muerte, a manos de la policía de la moral iraní, de la joven de 22 años Mahsa Aminí, que fue detenida, agredida y después asesinada por “no llevar el velo islámico adecuadamente”. 

Su muerte desencadenó una ola de manifestaciones que puso en jaque al gobierno de la República Islámica, que no dudó en reprimir las protestas violentamente —y usar la pena de muerte contra una decena de detenidos. 

La versión oficial del gobierno de Teherán fue —y sigue siendo— que Aminí murió sola, por una enfermedad indeterminada, y que las manifestaciones fueron “orquestadas y financiadas por los enemigos exteriores de la República Islámica”, en referencia a los Estados Unidos e Israel. Irán, a pesar de las acusaciones, nunca ha presentado ninguna prueba apuntando a ningún gobierno extranjero supuestamente vinculado a la ola de protestas.

“Hemos presenciado tiempos recientes varias conspiraciones de nuestros enemigos… Si no hubiese sido por la gracia de Dios y la inteligencia de nuestra nación, ellos habrían triunfado”, ha dicho este viernes, ante la manifestación en Teherán, Ghalibaf, el presidente del parlamento iraní.

“Esto muestra que tenemos que actuar con una atención mucho mayor para eliminar nuestros puntos débiles, para no dejarles espacio para sus complots desde el extranjero”, ha continuado Ghalibaf.

Desde diciembre, la potencia y fuerza de las protestas antigubernamentales se vio debilitada ante la represión del ejecutivo iraní, que sacó a la calle a las fuerzas basijs, un grupo paramilitar formado por exconvictos y excriminales sumados a la causa de la República Islámica. En la actualidad, las protestas que empezaron tras la muerte de Mahsa Aminí han desaparecido de las calles.

“Hoy —ha dicho Ghalibaf este viernes—, la lucha más importante es la lucha contra la inflación. Este es el punto débil que nuestro enemigo intenta usar en nuestra contra”.