Suecia, a las puertas de convertirse en el primer país del mundo "libre de humo"”
Solo un 5,6% de su población fuma cigarrillos convencionales gracias al auge de las bolsas de tabaco oral 'snus', un producto prohibido en el resto de la UE
Patricia Martín
Al entrar o salir a través de cualquier aeropuerto de Suecia, hay un estand que destaca en las tiendas junto a las estanterías con colonias, cajetillas de tabaco o dulces: el apartado de 'snus', un producto desconocido para la mayoría de europeos pero que ha contribuido a que el país nórdico esté apunto de convertirse en el primer país del mundo en ser considerado "libre de humo", etiqueta que la OMS otorga a los territorios en los que menos de un 5% de su población fuma cigarrillos de combustión.
La Unión Europea (UE) ha pedido a sus miembros que se conviertan en países "libres de humo" en 2040, pero puede que Suecia alcance este objetivo este mismo año, 17 años antes, dado que actualmente apenas consume cigarrillos convencionales un 5,6% de la población.
El motivo que explica estos bajos índices es que la mayoría de sus fumadores o bien ha dejado el tabaco, o bien se han pasado al consumo de snus, producto que se vende en los países escandinavos desde hace años y que ha ido ganando adeptos a través del boca a boca y de las campañas de las autoridades sanitarias en contra del tabaco tradicional, según explica Patrick Hildingsson, vicepresidente de comunicación de una de las empresas fabricantes de este producto, Swedish Match.
El 'snus' es un estimulante que normalmente contiene tabaco y nicotina y que se consume por vía oral. Son unas pequeñas bolsitas que se introducen cerca de la encía, debajo del labio y se dejan ahí durante un tiempo, de forma que, al ser porosas, la nicotina se transporta al resto del cuerpo por el torrente sanguíneo. El tabaco no se quema, no hay combustión ni humo, por lo que es menos dañino para la salud propia y ajena.
De hecho, un estudio realizado por tres especialistas suecos, entre ellos el doctor Delon Human, que ha sido asesor de tres directores generales de la OMS, indica que la incidencia de cáncer en Suecia es un 41% inferior a la media europea, "lo que equivale a un 38% menos de muertes". "En 24 de los 27 miembros de la UE hay una tasa de mortalidad por tabaquismo el doble de alta o más que en Suecia, que es uno de los tres países con menor número de fallecimientos por cáncer de pulmón”, destaca la investigación, que calcula que si otros países adoptaran las políticas de "reducción de daños" del tabaquismo sueca "se podrían salvar 3,5 millones de vidas en la UE".
Daños para la salud
La estrategia seguida por Suecia ha consistido en aplicar una legislación estricta contra el tabaco tradicional y apostar por otras formas de consumo de nicotina y tabaco sin combustión, que son menos nocivas para la salud y, en consecuencia, están gravadas con menos impuestos. Pero no son inocuas. Algunos estudios relacionan el consumo de 'snus' con daños en la cavidad bucal, mayor incidencia de diabetes tipo 2 y algunos tumores, además de que es muy adictivo. "Ninguno de los productos ligados al tabaco están libres de daño, pero con los cigarrillos mueres, con sus alternativas no", sostiene el doctor Anders Milton, otro de los autores del citado informe.
En cualquier caso, la comercialización de 'snus' está prohibida en el resto de la UE, donde sí se venden bolsas sin tabaco pero con nicotina, tabaco calentado o cigarrillos electrónicos, que también han abrazado los suecos, hecho que ha contribuido a reducir la tasa de fumadores tradicionales, según el informe. Un 12% de la población sueca ha probado el vapeo, lo que ha provocado, junto al consumo de 'snus', que el porcentaje de fumadores se haya reducido a la mitad, del 11% que fumaba en 2012 a ese 5,6% de 2022. Una cifra 17 puntos inferior a la media de consumo de la UE (28% en 2012 y 23% en 2020), según destacan los autores.
La situación en España
Al igual que Suecia, otros países como Portugal, Reino Unido o Japón están impulsando alternativas al tabaco tradicional, como vía para reducir el consumo de los dañinos cigarrillos convencionales. Sin embargo, es una estrategia con detractores, puesto que no son productos inocuos para la salud y tampoco ha transcurrido el tiempo suficiente desde la llegada de los vapeadores u otros productos como para saber su daño a largo plazo, según alerta buena parte de la comunidad médica. Además, se corre el peligro de que se hagan adictos a estos productos personas no fumadoras, especialmente los jóvenes.
Por ello, en España, el Ministerio de Sanidad impulsó en 2019 una campaña en la que equipara todas las formas de consumir nicotina bajo el título ‘el tabaco, ata y te mata’. Sin embargo, el Gobierno aún no ha aprobado un endurecimiento de la ley del tabaco destinado, entre otros objetivos, a imponer las mismas restricciones a todas las formas de consumo de nicotina. Una reforma legal que han prometido hasta tres ministros consecutivos de Sanidad pero que ningún Ejecutivo acaba de llevar a la práctica.
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