Oleada de protestas

Francia afronta la recta final del pulso por las pensiones

Los sindicatos franceses se movilizan en otra huelga general, mientras diputados y senadores negocian si el jueves podría votarse definitivamente la reforma

Miles de personas participan en París en la nueva huelga general contra la reforma de las pensiones del Eliseo.

Miles de personas participan en París en la nueva huelga general contra la reforma de las pensiones del Eliseo. / EFE

Enric Bonet

Recta final en el pulso por la reforma de las pensiones en Francia. Los sindicatos franceses impulsan este miércoles la sexta huelga general contra la impopular medida, mientras que los diputados y senadores negocian en una comisión parlamentaria si votan definitivamente el jueves el aumento de la edad mínima de jubilación (con 42 o 43 años cotizados para recibir una pensión completa). 

Después de las movilizaciones multitudinarias de los últimos dos meses —las huelgas generales del 31 de enero y del 7 de marzo fueron las más masivas de las últimas décadas —, los sindicatos franceses quieren mantener la presión sobre el Gobierno de Emmanuel Macron, aunque empiezan a mostrar sus primeros síntomas de fatiga y los límites de su estrategia de multiplicar las jornadas de protestas y paros laborales tanto durante la semana como en fin de semana.

Más de 200 protestas tienen lugar este martes por toda la geografía francesa. Los servicios de inteligencia calculan que habrá entre 600.000 y 800.000 manifestantes. Eso representaría un número superior al del sábado pasado, pero inferior al de las cuatro grandes protestas de esta oleada, con más de un millón de personas en la calle.

Huelga de los recogedores de basura

Ante la posición dura del Ejecutivo macronista, que no parece dispuesto a ceder a la presión social, los sindicatos han impulsado desde la semana pasada huelgas ilimitadas en algunos sectores, como los trenes, metros, refinerías de combustible o en empresas de recogida de basura. Frenados por la dificultad de ausentarse de su puesto de trabajo en estos tiempos de inflación, los paros no están siendo tan nutridos en los transportes —sobre todo en el metro de París, que circula con cierta normalidad— como en diciembre de 2019, en otra oleada de huelgas contra el primer intento de Macron para reformar el sistema de jubilaciones galo, uno de los más avanzados de Europa. 

Francia afronta la recta final del pulso por las pensiones.

Francia afronta la recta final del pulso por las pensiones.

Aquellas huelgas que tienen una mayor repercusión son las de los recogedores de basura en París, donde se han acumulado cerca de 7.000 toneladas de desechos sin recoger. Estas montañas de basura en las calles de la capital francesa han provocado un cruce airado de críticas entre el Gobierno y el Ayuntamiento parisino. Huelgas parecidas por parte de estos trabajadores, tan invisibles como esenciales, acaecen en Nantes, Le Havre, Saint Brieuc o Antibes. Los basureros se han convertido en símbolo de la oposición a la reforma de Macron.

Centenares de manifestantes se concentraron el martes delante de la sede en París del partido de Macron y lanzaron bolsas de basura. Acciones de este tipo, como un bloqueo esta mañana de la cocina donde se preparan los platos que se sirven en Disneyland o un corte de circulación en la entrada de una de las fábricas de Michelin, se reproducen a lo largo del país. Algunas rotondas también son ocupadas, al más puro estilo chalecos amarillos. Después de que estas protestas se caracterizaran por su carácter pacífico y festivo, la temperatura va subiendo en el país vecino. 

¿Macron aprobará la reforma por decreto?

La reforma podría ser aprobada definitivamente el jueves. Tras la votación el sábado por la noche del texto —rechazado por un 67% de los franceses, según los últimos sondeos— en el Senado, la comisión mixta paritaria (formada por siete diputados y siete senadores) se reúne este miércoles, en un encuentro que no es público, como suele suceder con este organismo. Si la mayoría de sus miembros se ponen de acuerdo sobre la reforma, entonces se discutiría definitivamente el jueves en la Asamblea Nacional. 

En el caso de la Cámara baja, sin embargo, se desconoce si la medida llegará a ser votada o bien el Ejecutivo centrista la aprobará finalmente por decreto, a través del polémico artículo 49.3 de la Constitución. Pese haber llegado a un acuerdo con la dirección de Los Republicanos (LR, afines al PP), numerosos diputados de la derecha republicana se oponen a votar el texto, así como varios representantes del partido de Macron y otras formaciones de centro. Al macronismo, de momento, no le salen los números. Y podría verse obligado a activar la palanca del 49.3, lo que agravaría el malestar social y democrático.