Narcotráfico en Argentina

"Rosario nos necesita", dijo el presidente Alberto Fernández sobre la violencia en la ciudad de Messi

Tras las amenazas contra el mejor jugador del mundo y un nuevo asesinato de un niño de 11 años, Fernández ordenó nuevas medidas de acción contra las bandas

Agentes de policía llegan al lugar en el que un grupo de vecinos han destruido la casa de un supuesto traficante de drogas en Rosario, Argentina, en las protestas por la muerte el sábado de un niño en la calle durante un tiroteo.

Agentes de policía llegan al lugar en el que un grupo de vecinos han destruido la casa de un supuesto traficante de drogas en Rosario, Argentina, en las protestas por la muerte el sábado de un niño en la calle durante un tiroteo.

Abel Gilbert

"Entiendo que Rosario nos necesita y sé que sus fuerzas de seguridad son insuficientes para enfrentar la solución del problema", dijo el presidente argentino Alberto Fernández al anunciar una serie de medidas para "combatir el crimen organizado" en la ciudad natal de Leo Messi. La amenaza que recibió el mejor jugador del mundo, junto con el atentado contra un supermercado de su suegro, le dieron a Rosario una visibilidad internacional no deseada por sus autoridades locales ni por el Gobierno nacional.

Pocas horas después de aquella intimidación fue asesinado un niño de 11 años durante una balacera entre bandas narco en la humilde periferia de la ciudad. El hecho provocó la furia de los vecinos, que derribaron tres viviendas señaladas como lugares de venta de droga. El dueño de una de esas casas fue arrestado. Fernández tomó la palabra en medio del impacto de ese nuevo crimen. "Los hechos y las imágenes de los últimos días dan cuenta de hasta dónde son capaces de llegar con sus ilícitos propósitos. Estamos tomando decisiones contundentes", dijo el presidente, y aseguró que "no me tiembla el pulso" para "desarticular las organizaciones del crimen".

El drama de la inseguridad en la tercera ciudad de este país comenzó a vislumbrarse hace más de una década. Los alcaldes rosarinos han sido testigos impotentes ante el crecimiento de los grupos que se nutren de jóvenes parados. Fernández reconoció que "a pesar de los esfuerzos realizados" para enfrentar el lastre social y humanitario "no se han alcanzado los resultados que esperábamos". Las bandas criminales, remarcó, "no se desarrollan de un día para el otro, requiere tiempo para tomar territorios, reclutar sicarios, cooptar voluntades en la fuerza de seguridad, la justicia y también en la política, que es lo que garantiza su desarrollo, su expansión y fundamentalmente su impunidad".

Algunas medidas

El mandatario dispuso la movilización de fuerzas federales en la ciudad ubicada unos 400 kilómetros al norte de la capital argentina para, de esta manera, "poner en el centro de la escena la autoridad del Estado" y " devolverle a Rosario su vida en comunidad". A su vez, Fernández ordenó que el Ejército Argentino a través de su Compañía de Ingenieros participe en la urbanización de barrios populares "acelerando tareas pendientes de ejecución que son muy necesarias". Y añadió: "son las Fuerzas Armadas de nuestra democracia y del mismo modo ejemplar con el que actuaron en la pandemia y en los incendios, irán ahora con la misma honestidad, destreza y convicción en socorro de una ciudadanía que las necesitan". La oposición de derechas reclama que los militares se involucren directamente en la lucha contra el narcotráfico. Los especialistas advierten que esa experiencia fracasó de manera rotunda y lacerante en México, y que ese no es el camino que hay que recorrer.

La amenaza contra Messi, cuya autoría e intencionalidad todavía siguen siendo confusas, convirtieron al problema de seguridad en Rosario en un asunto candente que, se estima, contaminará la campaña electoral con vistas a los comicios generales de octubre. "La manipulación informativa con el propósito de desgaste institucional y el juego político que hacen algunos para sacar provecho de esta situación solo merecen el repudio democrático", dijo Fernández.