Relevo en Berlín

Boris Pistorius, un pragmático al frente de la defensa en Alemania

Sustituye en el cargo a Christine Lambrecht, que presentó su dimisión el lunes tras la oleada de críticas que recibió por su gestión de la guerra en Ucrania

Boris Pistorius será el nuevo ministro de Defensa alemán.

Boris Pistorius será el nuevo ministro de Defensa alemán. / EFE

Andreu Jerez

La decisión sorprendió a la mayoría: el hasta ahora ministro de Interior del estado federado de Baja Sajonia será el nuevo ministro federal de Defensa. El socialdemócrata Boris Pistorius sucede así a la también socialdemócrata Christine Lambrecht al frente de una cartera de vital importancia en un momento de alta presión sobre Berlín para que entregue más armamento pesado al Ejército ucraniano. 

Está previsto que el nombramiento oficial tenga lugar el jueves de esta semana. Ya el viernes, Pistorius tendrá que atender a su primera reunión internacional de alto nivel. El ministro de defensa de EE.UU., Lloyd Austin, ha convocado para ese día en la base militar americana de Ramstein (suroeste de Alemania) al llamado grupo de contacto de Ucrania, con los principales estados miembros de la OTAN al frente. En lo más alto de la agenda está la decisión de entregar tanques al ejército ucraniano, entre los que se contarán con toda probabilidad los de producción alemana Leopard 2. 

Polonia hace días que presiona púbicamente Alemania para que dé luz verde al envío de Leopard a Ucrania, como demanda Kiev desde hace meses. El canciller alemán, Olaf Scholz, se ha mostrado más bien reacio al envío de tanques de producción alemana desde el inicio de la invasión rusa por el miedo expreso a que la OTAN se vea arrastrada a una confrontación abierta con Rusia.

"Humildad y respeto"

“Pistorius es un político de mucha experiencia, de probada capacidad de gestión, que se ocupa desde años de la política de seguridad. Por su competencia, su firmeza y su gran corazón es exactamente la persona adecuada para dirigir el ejército alemán en este momento decisivo”. Estas fueron las palabras con las que Scholz anunció su decisión en una breve nota de prensa.

Poco después, y en una declaración ante la prensa, Pistorius agradeció la confianza del canciller y aseguró asumir el cargo con “humildad y respeto ante la ingente tarea” que tiene por delante. “El Ejército alemán tiene que adaptarse a una nueva situación generada por la guerra de agresión rusa contra Ucrania. Para mi es importante involucrar a las y los soldados en este proceso. La tropa puede estar segura de que estaré frente a ellos siempre que sea necesario”, dijo el nuevo ministro de defensa en un intento de asumir un perfil de cercanía y liderazgo del que la saliente Lambrecht ha carecido.

Socialdemócrata

De 62 años y nacido en Osnabrück (Baja Sajonia), Boris Pistorius tiene una larga y sólida carrera política dentro de Alemania y del SPD: entre 2006 y 2013, fue alcalde de su ciudad natal. Tras su experiencia en política local dio el salto a la regional para asumir el cargo de ministro de Interior regional de Baja Sajonia. Antes de su vida política, pasó por el Ejército – hizo el servicio militar entre 1980 y 1981 –, completó un formación de comercial y, posteriormente, la carrera de Derecho.

Es parte del círculo de confianza de Scholz, que ayer lo llamó en público “amigo”. De hecho, ya había estado en la quinielas para convertirse en ministro federal de mano del actual canciller socialdemócrata. Medios alemanes apuntan que la paridad de género en el Gabinete probablemente le cerró las puertas. Su carrera política está caracterizada por el pragmatismo, apuntan varios perfiles publicados en la prensa alemana. 

Pistorius adolece, no obstante, de experiencia internacional, fundamental en el actual momento de tensión militar entre la OTAN y Rusia. El nuevo ministro de Defensa alemán tendrá, por tanto, que aprender rápido en ese nuevo ámbito político. Tiene una ventaja: el hecho de que esté en la recta final de su carrera política le permite asumir con menos presión una cartera conocida en Alemania por ser capaz de acabar con figuras políticas prometedoras ambiciosas.