Funeral

El mundo cristiano despide al papa emérito Benedicto XVI

Más de 65000 personas asisten al funeral oficiado por el papa Francisco

Enrique Soler

Enrique Soler

Con el entierro del papa emérito Benedicto XVI se cierra una etapa histórica en el Vaticano, conviviendo dos pontífices y donde el Vaticano ha tenido que ir configurando sobre la marcha, como ver la nueva realidad conviviendo dos sucesores de Pedro. El Papa Francisco presidía el funeral por Benedicto XVI, que ha tenido lugar en el atrio de la Basílica y donde han concelebrado 160 cardenales, 400 obispos y más de 4000 sacerdotes.

La procesión de entrada la encabezada su secretario personal Georg Gänswein, junto a las personas que han cuidado del papa emérito en el monasterio Mater Ecclesiae, seguidamente salía el féretro del papa emérito ante el recogimiento de todos los presentes. Un ataúd de ciprés que además de los restos mortales de Ratzinger se introdujeron tres palios (la cinta de lana con cruces que se pone sobre los hombros y que simboliza la potestad de gobierno en una determinada jurisdicción) , ya que recibió uno como arzobispo de Múnich, otro como decano del Colegio Cardenalicio, y uno más como obispo de Roma.

También se introdujo una bolsa con monedas acuñadas durante el pontificado del difunto, así como unas medallas de su período como pastor de la Iglesia universal. Benedicto XVI fue papa por 7 años, 10 meses y 8 días. Por eso se colocarán en el saco 7 medallas de oro (por los años), 10 de plata (por los meses), y 8 de bronce (por los días). Así como un tubo en el que se enrolla la Rogitio, un documento en el que se narra la vida del que fuera pontífice, que está sellado con el sello del Oficio de las Celebraciones. Finalmente, rostro del Benedicto XVI fue cubierto con un velo blanco por quien fuera su secretario, S.E.R. Mons Georg Gänswein, quien lo miró por última vez.

Durante su homilía, el papa Francisco hizo referencia a diferentes textos del papa emérito como la encíclica Deus caritas es; la homilía en la Misa Crismal, 13 de abril de 2006. Y la Homilía en la Misa de inicio del pontificado, 24 de abril de 2005. ha concluido manifestando «Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz».

Participaron numerosos representantes ecuménicos, entre ellos los metropolitanos Emmanuel de Calcedonia y Policarpo de Italia, por el patriarcado Ecuménico de Constantinopla, así como el presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, el Metropolitano Antonio de Volokolamsk. Sin embargado, una notada ausencia será fue la del Patriarca Kirill.

El funeral siguió paso a paso lo que marca el rito 'Ordo exequiarum Romani Pontificis', el mismo que se usaría si fuera un pontífice reinante, como ya se hizo en el funeral de san Juan Pablo II en 2005, aunque con algunos cambios.

La delegación española estuvo encabezada por la Reina emérita Doña Sofía y el Ministro de presidencia, quien estuvo acompañado del Ministro de Presidencia, Felix Bolaños, les acompañó la embajadora de España ante la Santa Sede Isabel Celaá. También asistieron media docena de obispos españoles entre ellos, el presidente, vicepresidente y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el obispo auxiliar de Toledo, César García Magán, respectivamente.

En representación de Alemania, patria natal de Ratzinger, estuvo el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente de ese país, Frank-Walter Steinmeier, y por parte de Italia, el presidente Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni.

Tras la celebración, los restos mortales han sido trasladados hasta la cripta de la Basílica, donde han recibido eterna sepultara en el mismo lugar que estuvo su antecesor San Juan Pablo II. Ratzinger fue Prefecto para la doctrina de la Fe y Decano del colegio cardenalicio durante el papado de Wojtyla. Allí se ha llevado a cabo el último rito en la más estricta intimidad, el ataúd de ciprés fue cintado e introducido en otros dos féretros, que se contienen el uno a otro. De manera que la primera capa del triple ataúd está elaborada en ciprés, mientras que la capa del medio será de zinc y la tercera estará tallada en roble. En su lápida, aparecerá su nombre el latín, los años de su papado y su lema como obispo cooperator veritatis – cooperador de la verdad.

De esta manera, el cuerpo del difunto papa emérito descansará en las grutas vaticanas juntos a los de otros pontífices. En 2011, tras haber sido proclamado beato, el cuerpo de san Juan Pablo II fue trasladado desde la tumba que ahora ocupará el papa emérito hasta la superficie de la basílica hasta una capilla para permitir una mayor afluencia de fieles. Desde entonces los restos mortales del papa polaco reposan en la capilla de San Sebastián, que se encuentra en la parte derecha, entrando a la basílica de San Pedro, entre la que acoge a la 'Piedad', de Miguel Ángel, y la Capilla del Santísimo.