El día en el que Reino Unido se mira en el espejo de Italia, encorsetándose en los trasnochados clichés de siempre sobre el país transalpino, ha llegado. Así lo reflejaba este jueves la revista británica 'The Economist' que, para su última portada sobre la renuncia de Liz Truss tras 45 días en el cargo, ha elegido una caricatura de la (ahora ex) primera ministra con una pizza como escudo en una mano, y en la otra, un gran tenedor desbordante de espaguetis. 

Un mensaje claro y provocativo (eso es, ya somos tan caóticos como Italia), que el influyente semanario remató con un texto, por si la imagen no era suficientemente elocuente: “Bienvenidos a Britaly. Un país de inestabilidad política, bajo crecimiento y sumiso a los mercados de bonos”. “La comparación con Italia es ineludible", ha añadido 'The Economist'.

La portada se ha hecho viral rápidamente en las redes sociales poco después de su publicación, y con ello, se ha desatado una ola de indignación y críticas contra el semanario. Desde políticos, diplomáticos, periodistas y analistas políticos hasta simples ciudadanos, todos han rechazado la decisión de 'The Economist' de usar clichés y estereotipos "anticuados" y "xenófobos".

Ironía, ira y desengaño

“Italia está llena de problemas pero esta portada es ofensiva”, ha comentado la periodista italobritánica Barbara Serra, al opinar que ha sido “la arrogancia" que condujo al caos post-Brexit y que eso fue algo “muy, muy británico”. “Esa portada sabe a anticuado”, ha añadido incluso el diario milanés 'Il Corriere della Sera', que optó por responder a 'The Economist' con un artículo en el que desgranó las diferencias entre las economías de ambos países. “Que usen Italia como parangón negativo (…) es insoportable. Nosotros no hemos llevado adelante un Italexit”, ha comentado el político centrista Carlo Calenda, líder del partido Azione. 

Y más aún. “Más que de Britaly hablaría de BriTanic”, ha escrito otro usuario, haciendo un juego de palabra relacionado con el hundimiento del buque Titanic. Otros, en cambio, han reaccionado con ironía, al recordar, por ejemplo, que la comida italiana es “mucho mejor” que la inglesa. “Italia hace escuela. Nos copian”, ha dicho otra internauta, a la vez de que algunos recordaron que la revista pertenece a Exor, la sociedad comercial neerlandés que está controlado por la familia italiana de los Agnelli.

El embajador y el analista

Incluso la embajada de Italia en Reino Unido ha intervenido. La legación diplomatica ha tildado de “desafortunada” la decisión de 'The Economist', y ha recomendado a la revista poner mayor énfasis en la “no tan secreta admiración por nuestro modelo económico”, de acuerdo con una nota firmada por el embajador italiano Iñigo Lambertini. Y así, Federico Bianchi, de la delegación de la Unión Europea en Reino Unido, quien ha opinado que “'The Economist' solía ser aplaudido por sus portadas creativas. Esto es arrogante, estereotípico y condescendiente”.

En verdad, no es la primera vez que las portadas del semanario provocan polémica. Sin embargo, esta vez las críticas no solo han llegado desde Italia. Un ejemplo han sido las palabras del economista Philipp Heimberger, del instituto de Estudios Económicos de Viena. “La prensa internacional ‘de calidad’ toca nuevos mínimos. Desagradable”, ha comentado Heimberger.