La sensación de urgencia ha empezado a hacer mella en los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que este viernes han dado dos semanas de plazo a la Comisión Europea para que presente propuestas "concretas" para intervenir el mercado del gas y abaratar de una vez por todas los precios. "La reunión ha servido para continuar un debate que esperemos se materialice, más en detalle y concreto, en la reunión informal de ministros de energía del 11 y 12 de octubre y que culmine con el Consejo Europeo formal de finales de octubre en Bruselas en el que España y una amplia mayoría de países esperan que adoptemos decisiones ambiciosas", ha explicado el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al término de una cumbre informal celebrada en Praga que ha vuelto a evidenciar la división que existe sobre un tope al precio del gas entre los Veintisiete y las críticas al macroplan del 200.000 millones de Alemania para subsidiar la energía de hogares y empresas.

"Las cosas se están moviendo: la Comisión presentará una propuesta al Consejo Europeo con tres elementos: precios más bajos, un elemento de solidaridad y el inicio de la reforma del mercado eléctrico", ha anunciado el primer ministro italiano en funciones, Mario Draghi, que confía en que el Ejecutivo comunitario dejará de lado las propuestas "vagas" expuestas hasta ahora y presentará propuestas concretas. "La UE no puede perder tiempo", ha avisado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que arremetido contra Moscú por tirar un "misil energético" contra el continente europeo. 

La presidenta de la ComisiónUrsula von der Leyen, ha confirmado que moverá ficha "en las próximas semanas" y que presentará propuestas a partir de la hoja de ruta remitida el pasado miércoles a los Veintisiete en la que plantea opciones como desvincular el precio del gas utilizado para generar electricidad, europeizando el mecanismo ibérico que utilizan España y Portugal, a la espera de la reforma del mercado eléctrico el próximo año. El debate sobre energía celebrado este viernes por los líderes europeos ha girado sobre esta y otras propuestas sugeridas por Von der Leyen: negociar mejores condicione con los proveedores de países "fiables", como Noruega o Estados Unidos, con una "horquilla" que ayude a reducir los precios; utilizar el programa Repower EU para acelerar las transición energética o desarrollar un índice complementario al TTF holandés que ha dejado de ser "representativo" para el gas importado y mientras tanto establecer algún tipo de tope temporal al precio del gas. 

España satisfecha

"España se reconoce en estas propuestas. La Comisión recoge muchas de las propuestas que el Gobierno de España ha venido liderando como el establecimiento de un tope al precio del gas, la compra conjunta de gas, la reforma del mercado eléctrico y el mecanismo ibérico que pretenden importar para convertirlo en la norma común en Europa", ha destacado Sánchez tras un debate que no ha servido para acotar el posible mecanismo de intervención.

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado una reunión "en los próximos días" con Sánchez y el primer ministro portugués, António Costa, antes de la próxima cumbre para buscar un acuerdo "pragmático". "El objetivo que debemos perseguir, y lo digo aquí muy claramente, es ir hasta el final a la hora de sacar del aislamiento a la península Ibérica en materia de gas, hidrógeno y electricidad", ha dicho Macron. "Francia está a favor de las interconexiones y de una Europa solidaria. Pero siendo coherentes y sin dar un giro de 180 grados en nuestros objetivos climáticos", ha añadido Macron.

Una quincena de países, incluidos Italia, Grecia, Bélgica y Polonia, apoyan las tesis españolas sobre la necesidad de topar el precio del gas. "Necesitamos una intervención del mercado porque no podemos pagar los precios que hay", ha insistido el primer ministro belga, Alexander De Croo. Pero hay muchos que todavía recelan. Es el caso de Alemania, Países Bajos o Dinamarca porque temen que una medida de este tipo termine desviando gas hacia otros mercados y complique todavía más el suministro. 

Otros afrontan este debate con más ambigüedad. "Puede que tengamos un tope al precio pero no tendremos energía. No somos los únicos clientes en el mundo", opina el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, que pide prudencia aunque está "abierto a todo". Una postura ambigua que han defendido otros países. "Apoyamos un tope al precio" pero "si no amenaza la seguridad de suministro", ha añadido la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, en línea con su vecino de Letonia, Kriskanis Karins -"no podemos fijar un precio y que nadie nos venda gas"- y del eslovaco Eduard Heger. "En primer lugar, Europa necesita suficiente gas. No puede ser una solución que corte el suministro porque de lo contrario no importará lo que nos cueste. Una vez que podamos garantizar suficiente gas para invierno y primavera entonces podemos hablar", ha insistido.

Críticas a Berlín

La reunión también ha dejado críticas al macroplan de ayudas de 200.000 millones anunciado unilateralmente por Berlín para rescatar a sus hogares y empresas de la crisis energética. "Nos oponemos a la destrucción del mercado único europeo, una destrucción que tendrá lugar si se le permite al Gobierno alemán subsidiar solo a sus empresas", ha arremetido el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki. "Mi mensaje a Alemania es estar unidos con el resto porque en los momentos difíciles todo el mundo tiene que acordar un denominador común y no un denominador que sea adecuado solo para un país", ha añadido expresando el temor, el mismo que tienen otros países como Francia o Italia, a que el controvertido ‘escudo’ protector previsto por Berlín termine distorsionando la competencia y dañando la igualdad de condiciones entre los Estados miembros. Y el canciller alemán se ha visto obligado a dar explicaciones. "Sin duda ha ayudado a aclarar malentendidos", ha dicho Olaf Scholz.