Una red de cuentas rusas ha estado propagando desinformación sobre la guerra en Ucrania desde hace meses. La oenegé EU DisinfoLab ha expuesto una campaña de influencia y manipulación política que ha suplantado la identidad de hasta 17 grandes medios de comunicación para engañar a los lectores con artículos, vídeos y encuestas plagadas de falsedades. Esos contenidos eran después amplificados a través de cuentas 'fake' en Facebook y Twitter.

Esta campaña propagandística coordinada desde Rusia se activó en mayo de este año para promover la narrativa del Kremlin sobre su invasión militar de Ucrania y para desestabilizar la opinión pública de sus rivales. Así, estos "clones" que se hacían pasar por medios legítimos repetían falsas acusaciones habituales del Gobierno de Vladímir Putin como que Ucrania es un país nazi o conspiraciones como que masacres de civiles como las de Bucha son un montaje.

La investigación señala que esta operación compró dominios web con nombres muy parecidos a los medios de comunicación por los que se hacían pasar y mimetizaban el diseño de esas páginas para afinar su capacidad de engaño. Este es un método habitual de las campañas de desinformación, una opaca industria que se estima que mueve más de 60.000 millones de dólares. Cuentas coordinadas en Facebook y Twitter operaban como altavoz para hacer llegar esas mentiras a más gente. Así, hay quien leía bulos rusos pensando que se trataba de artículos periodísticos rigurosos y contrastados.

"Amenaza continua"

Esta campaña de desinformación, ya destapada a finales de agosto por el medio alemán T-Mobile, puso en el punto de mira a grandes medios de comunicación de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Ucrania y Letonia. Entre ellos figuran 'The Guardian', '20 minutos', 'Ansa' o 'Bild', el periódico más vendido de Europa. La investigación no ha detectado que esta maniobra afectase a medios españoles.

EU DisinfoLab no atribuye esa operación coordinada a un actor específico, pero remarca que "muchos elementos apuntan a la participación de actores con sede en Rusia". Siguiendo su rastro en internet apuntan que tanto la compra de dominios web suplantados como la producción de los vídeos propagandísticos difundidos se ha efectuado desde ese país. Aún así, la oenegé añade que "no podemos excluir totalmente la posibilidad de una operación de falsa bandera". Esa campaña de manipulación sigue activa, lo que hace que constituya una "amenaza continua".

Los autores de la investigación piden a las autoridades actuar para frenar este tipo de ataques. "El mero hecho de que la operación siga en marcha después de meses de violar las leyes europeas de propiedad y privacidad de los datos utilizando servidores y software con sede en la UE, probablemente sin consecuencias para sus autores, es preocupante", ha lamentado Alexandre Alaphilippe, director Eeecutivo de EU DisinfoLab.