Lituania ha comunicado que las obras de la valla de casi 550 kilómetros que cubre la frontera con Bielorrusia han finalizado, en un momento en el que Vilna ha denunciado un aumento de los cruces, supuestamente dirigidos por el presidente bielorruso, Alxander Lukashenko, en represalia a las sanciones de la Unión Europea.

"La barrera física ayudará a los guardias fronterizos a contrarrestar la inmigración ilegal de manera más efectiva", ha defendido la primera ministra, Ingrida Simonyte, en un comunicado. Se trata de un valla de cuatro metros de altura coronada por alambres de espino.

Lituania tiene una frontera de casi 680 kilómetros con Bielorrusia, de los cuales más de cien transcurren por ríos y lagos. En los últimos meses han ido creciendo los intentos por cruzar, tanto que se han alcanzado cifras de récord, con 124 ya la semana pasada y 125 este lunes.

Estas últimas cifras recuerdan a las registradas durante el momento álgido de la crisis migratoria del año pasado. Los migrantes son personas cuya nacionalidad es de países de Oriente Próximo, como Siria o Afganistán, así como otros de África.

Desde mediados de 2021, Lituania ha endurecido sus políticas migratorias debido al gran flujo de personas que han estado intentado cruzar desde Bielorrusia. Para el Gobierno de Vilna, Minsk ha utilizado la migración para presionar a las autoridades europeas en represalia por las sanciones que le fueron impuestas.