En una de sus principales intervenciones públicas del año, el rey de Marruecos, Mohamed VIha señalado a España y Estados Unidos como principales apoyos internacionales para su plan de anexión y autonomía de la totalidad del Sáhara Occidental. Lo hizo en la noche de este sábado, en su discurso oficial de la fiesta del 20 de agosto, el 69 aniversario del proceso anticolonial y de independencia marroquí; y lo hizo aludiendo precisamente a una antigua provincia española al que la ONU y buena parte de la comunidad internacional siguen considerando pendiente de descolonización y autodeterminación.

Mohamed VI agradeció la posición "clara y responsable" de España en relación a "la marroquinidad" del Sáhara Occidental tras el respaldo expresado en marzo pasado por el Gobierno de Pedro Sánchez al plan de autonomía de Marruecos, abandonando Madrid su tradicional aquiescencia a las reivindicaciones saharauis del Frente Polisario.

Seis veces pronunció el rey la expresión "marroquinidad del Sáhara" contra solo dos la palabra "autonomía". "Apreciamos la posición clara y responsable de España, nuestra vecina, que bien conoce el origen y la realidad de este diferendo", dijo el monarca en la cabecera de su discurso, difundido por la agencia oficial MAP. Esta alocución al pueblo marroquí tiene el máximo rango institucional. Se trata del aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo. Es la denominación oficial que la monarquía alauí da al alzamiento nacionalista de 1953 contra las autoridades coloniales francesas.

Unas líneas antes había citado a la principal potencia que le respalda. El monarca consideró que la "inamovible posición de los Estados Unidos" a favor del plan de autonomía ha facilitado que "numerosos países de mucho peso manifestaran su apoyo y consideración positiva a la iniciativa" de Rabat para resolver esta "artificial" disputa. Para Mohamed VI igual da que gobierne en Washington Donald Trump o Joe Biden: descartó ningún cambio en el posicionamiento geoestratégico estadounidense, del que cree que "no se altera con el cambio de administraciones, ni le afectan las coyunturas".

Francia, ausente

También consideró el monarca que la alianza con España es un vínculo impermeable a los cambios políticos o la tensión con Argelia. Dijo que la "asociación marroquí-española" es "inalterable ante las circunstancias regionales y los desarrollos políticos internos".

El rey marroquí auguró que esta "posición constructiva" de Estados Unidos y España hará posible "abrir una nueva página en las relaciones de confianza y el fortalecimiento de la asociación de calidad, con estos países amigos", y siguió con su discurso sin pronunciar el nombre de Francia, pese a que ese país fue uno de los principales promotores de la vía autonómica. Sí citó a Alemania, Holanda, Portugal, Serbia, Hungría, Chipre y Rumanía para agradecer, en colectivo, su apoyo. Y aseguró que 30 países han abierto ya consulados en "las provincias del sur", hecho que interpreta como un reconocimiento a "la marroquinidad del Sáhara".

La ausencia de Francia en el discurso evidenció claramente el momento de tensión por el que pasan las relaciones con París, transcurridos además solo cinco días de que el gobierno galo ratificas un cerrojazo migratorio, su negativa a aceptar más visados de ciudadanos marroquís.

Desde su salón del trono de Rabat, vestido con la chilaba tradicional color arena y tocado con el fez rojo, Mohamed VI se dirigió a esa parte del mundo que aún no considera marroquí al Sáhara Occidental, y advirtiendo que no se es amigo de Marruecos sin aceptar su plan de "integridad territorial": "El expediente del Sahara -dijo- constituye los lentes con los que Marruecos mira al mundo, y es el criterio claro y sencillo con el que mide la sinceridad de las amistades y la eficacia de las asociaciones".

Y aún dejó menos espacio a dudas cuando instó con firmeza a "algunos países, entre los socios de Marruecos, tanto tradicionales como nuevos -algunos de ellos, como Perú, recién aliados por la necesidad de fosfatos, escasos desde que Rusia invadió Ucrania-, que adoptan posiciones poco claras respecto a la marroquinidad del Sáhara" a que "aclaren sus posturas y revisen su contenido, del modo que no admite interpretaciones".