El presidente francés, Emmanuel Macron, se reunió este juueves en el Elíseo con el príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salmán, en una cena de trabajo que generó críticas de ONG y de la oposición por lo que consideran un intento de rehabilitación internacional de quien consideran responsable del asesinato del periodista saudí Jamal Khasshoggi, ocurrido en 2018 en el consulado de su país en Estambul.

Bin Salmán llegó por la noche al palacio presidencial francés para una reunión centrada en "el contexto internacional de crisis" en Oriente Medio y la guerra de Ucrania, que ha causado además incertidumbre sobre el suministro energético de Europa, señaló una fuente del Elíseo.

La reunión, sin cámaras, "no se trata de 'realpolitik', sino de política a secas", aseguró.

Macron y Bin Salmán se estrecharon la mano durante varios segundos y posaron brevemente, con las manos todavía entrelazadas, para lo fotógrafos, antes de subir las escaleras del Elíseo y saludar desde allí a las cámaras.

Como marco, la alfombra roja y la Guardia Republicana francesa en uniforme de gala que reciben a las visitas de alto nivel al Elíseo.

El lenguaje gestual hacia Bin Salmán, en la práctica el hombre fuerte de Arabia Saudí, estaba bajo escrutinio después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, no le estrechó la mano sino que ambos chocaron ligeramente los puños, durante el encuentro que mantuvieron hace dos semanas en territorio saudí.

El Elíseo se esforzó este jueves en recalcar que Macron abordaría con su huésped "la cuestión de los derechos humanos" y en concreto trataría "casos concretos", aseguró la fuente de la sede presidencial francesa, que evitó detallarlos porque la "discreción" ayuda a lograr más eficacia.

Visita "necesaria"

Desde el Elíseo se insistió en que la visita era "necesaria" para lograr avances en diversos conflictos en la región, como la rivalidad de Arabia Saudí con Irán; los avances en el programa nuclear iraní, el proceso de paz entre Israel y Palestina o la guerra civil en Yemen.

Macron "habla y se reúne con el conjunto de principales actores de la región, es una condición necesaria para avanzar", recalcó la fuente en una conversación con un grupo de periodistas.

En este contexto, recordó que en poco más de un mes Macron ha recibido en el Elíseo al primer ministro de Israel y a los presidentes de la Autoridad Nacional Palestina, Emiratos Árabes Unidos y de Egipto.

Además, la reunión también trata la petición francesa y occidental de que aumente la producción de petróleo para combatir los elevados precios de la energía, con Arabia Saudí como primer exportador mundial de petróleo y eje clave en las decisiones de la OPEP.

Macron también ha tratado con su invitado la "amenaza acuciante" del terrorismo en Oriente Medio y "sus posibles consecuencias en Europa", añadió el Elíseo.

El mensaje oficial francés es que hace falta hablar con todo el mundo para ser eficaz.

Críticas y demandas de las ONG

Pero la llegada de Bin Salmán generó numerosas críticas por la situación de los derechos humanos en su país y, especialmente, por el asesinato del periodista y disidente saudí Jamal Khasshoggi, de cuya muerte muchos le consideran el inspirador.

Dos ONG extranjeras, Democracy for the Arab World Now (DAWN) y Trial International, anunciaron hoy que presentaron una demanda ante la justicia francesa contra el príncipe heredero saudí por complicidad en tortura y desaparición forzosa.

Las entidades denunciantes consideran que Bin Salmán no goza de inmunidad porque es el heredero del trono saudí y no el jefe del Estado de su país.

Sin embargo, la fuente del Elíseo señaló que la inmunidad diplomática cubre a los "altas personalidades extranjeras en visita oficial" y recordó que además de Biden otros líderes extranjeros como Boris Johnson han viajado a Arabia Saudí recientemente, o que Bin Salmán participó en la última cumbre del G20 en Indonesia.

Y la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF, con sede en París) recordó las sospechas sobre la implicación de Bin Salman en ese asesinato.

"Casi cuatro años después del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, la reintegración de Mohamed Bin Salman en las relaciones internacionales solo supone desprecio a la verdad y a la justicia", lamentó el secretario general de RSF, Christophe Deloire.

La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, resumió la situación antes de la reunión al afirmar que "no se cuestiona nuestro compromiso con los derechos humanos", pero consideró "normal" hablar con los países productores de energía "en el contexto de que Rusia corta, reconecta y amenaza con cortar de nuevo el suministro de gas" a Europa.

La oposición política también criticó duramente presencia de Bin Salmán en París. "Francia no es un felpudo para los dictadores en busca de rehabilitación", afirmó, por ejemplo, en Twitter el secretario general del partido ecologista EELV, Julien Bayou.