El viaje del presidente de EEUU, Joe Biden, a Israel sufre un pequeño encontronazo. Y el origen del desacuerdo está a más de 2.000 kilómetros. Irán se ha convertido en el punto de fricción entre el presidente estadounidense y el primer ministro, Yair Lapid. "Las palabras no los detendrán, señor presidente", se ha atrevido a decirle Lapid en una rueda de prensa conjunta este jueves, y ha apuntado a su solución ideal: "poner una amenaza militar creíble sobre la mesa". Biden insiste en la importancia de la diplomacia para contrarrestar la amenaza iraní.

Ha sido en suelo israelí donde Estados Unidos se ha comprometido a utilizar "todos los elementos de su poder nacional" para evitar que Irán obtenga armas nucleares. La Declaración Conjunta de Asociación Estratégica entre Estados Unidos e Israel de Jerusalén ha establecido, por la parte estadounidense, que "parte integral de esta promesa es el compromiso de nunca permitir que Irán adquiera un arma nuclear, y que está preparado para usar todos los elementos de su poder nacional para asegurar ese resultado”. Biden ha defendido el “compromiso férreo de los Estados Unidos de América con la seguridad de Israel”, pero para Lapid no ha sido suficiente.

"Lo único que detendrá a Irán es saber que si continúan desarrollando su programa nuclear, el mundo libre usará la fuerza", ha afirmado el nuevo primer ministro en rueda de prensa. “El régimen iraní debe saber que si continúa engañando al mundo, pagará un alto precio", ha añadido. Este jueves Biden también se ha reunido con el presidente de Israel, Isaac Herzog, y en su residencia oficial, se ha encontrado con el líder de la oposición, Binyamin Netanyahu.

Violaciones de los derechos humanos

Los destinos de la primera ruta de Biden por Oriente Próximo son, cuando menos, polémicos. “Biden, esto es apartheid”, rezan varios carteles colocados en las carreteras de la Cisjordania ocupada. Mientras, en Arabia Saudí, las familias de los disidentes encarcelados por el régimen aguardan, sin apenas esperanzas, que el presidente estadounidense mencione sus luchas en su reunión con las autoridades saudís, este viernes.

“Presidente Biden, esto es apartheid; la visita presidencial de los Estados Unidos perpetúa la realidad en lugar de cambiarla”, denuncia la organización B’Tselem en un comunicado. En carreteras y en edificios, se lee en bien grande el mensaje para que el mandatario estadounidense no pueda ignorarlo cuando visite los territorios palestinos este viernes. “La falsa simetría de visitar Jerusalén Occidental así como los Territorios Ocupados no cambia el hecho de que Jerusalén controla también los territorios palestinos ocupados; cuando EEUU deje de respaldar el apartheid de Israel, terminará”, concluye.

Además, también hoy se ha conocido la cifra total de muertes palestinas a manos del Ejército israelí en lo que va de año. En la primera mitad del 2022, han muerto 60 palestinos en acciones de las tropas israelís mientras que en todo el 2021, fueron 70. La violencia ha ido en acusado aumento en los últimos años, ya que en el 2020, 19 palestinos habían sido asesinados y en el 2019, una veintena. “No hay paridad de poder entre Israel y los palestinos; estos no son dos lados iguales”, escribe Hagai El Ad, director ejecutivo de B’Tselem en +972 Magazine

“¿Puede Estados Unidos, al menos, dejar de inclinar la balanza a favor del lado que ya tiene todo a su favor contra los que tratan de ganarse la vida con el polvo y los cielos vacíos?”, apunta el representante de la organización israelí. Biden ya ha dejado claro que este viaje no tiene la intención de avanzar en la resolución del conflicto israelí-palestino. Pese a alejarse de la retórica agresiva de su predecesor, el presidente demócrata no ha vuelto al statu quo de antes de Trump donde los viajes de los líderes estadounidense se centraban en el conflicto y dejaban espacio a la cuestión palestina. "Estoy en mi hogar", dijo Biden al aterrizar, dejando claro que Israel es su prioridad.