Arrastrados por el suelo para colocarlos en una explanada; golpeados con porras algunos que tratan de levantarse; previamente, disparos de botes de humo contra una multitud confusa y en plena avalancha… Las imágenes apócrifas de la tragedia que vivió la valla fronteriza de Melilla por el lado marroquí recogen el momento más terrible de la gestión marroquí de la inmigración ilegal subsahariana desde que ese país y España retomaron sus relaciones. 

Pasados tres días de la tragedia, no se ha constituido, y no hay visos de que vaya a constituirse, comisión gubernamental alguna de investigación. Solo está el testimonio gráfico, que ha estremecido en toda Europa, y que levanta suspicacias sobre la posibilidad de un endurecimiento -trágico en este caso- de la acción policial marroquí para detener a las oleadas humanas que se estrellan contra la valla de Melilla.

Pero desde la ciudad autónoma española no se ha remitido a la Moncloa ni a Interior ningún informe hablando de mano dura policial marroquí, según fuentes gubernamentales melillenses. Hasta el momento, la versión de los hechos que conoce el Gobierno de España es el de que, durante una oleada de unas 2.000 personas hacia la valla fronteriza, cerca de 500 de esas personas se apelotonaron intentando pasar a territorio español por una puerta del centro fronterizo del Barrio Chino, que había conseguido abrir uno de los migrantes, con una avalancha que mató a una veintena de ellos por asfixia o aplastamiento cuando las filas de atrás empujaban a las de delante, y también cuando un grupo que escalaba hacia el tejado del centro de control se precipitó por encima de los que estaban debajo.

Más gente, más peligro

Desde el 6 de febrero de 2014, cuando, en la frontera ceutí del Tarajal, en el lado español, murieron ahogados 15 inmigrantes tras una polémica actuación de la Guardia Civil, no se había conocido un hecho más luctuoso en las muy calientes fronteras de España en África.

Las fuentes policiales españolas consultadas no aprecian un cambio en el comportamiento de los gendarmes marroquís ante los subsaharianos. "No hay material de intervención nuevo, ni emplean más dureza de la habitual; sí hay más agentes, pero es que también hay muchos más inmigrantes bajando hacia aquí", explica un veterano guardia civil de Melilla.

Y, sin embargo, el panorama está cambiando. El pasado 2 de marzo se produjo otra oleada multitudinaria contra los barrotes de Melilla. Un primer recuento cifraban en 2.500 los participantes. Otro más mesurado daba 1.000. Cerca de 500 consiguieron entrar en territorio español. Y ese, refieren las citadas fuentes, fue el comienzo de un cambio de tendencia. Hasta entonces, en Melilla se conocían asaltos de entre 300 y 400 personas, 500 como máximo. A partir de entonces, bajan de los montes cercanos a Nador hileras muy numerosas, que superan el millar de personas intentando pisar suelo europeo.

Carga en el Gurugú

El pasado viernes, un guardia civil impactado por las imágenes que había visto del lado marroquí de la valla de Melilla comentaba a este diario: "No se puede parar a 2.000 personas a pie de valla. Eso es una locura". Y parece que los gendarmes marroquís tratan de disolver las oleadas de migrantes kilómetros atrás, en el monte Gurugú, donde se refugian en campamentos cada vez más multitudinarios.

Carga de gendarmes marroquíes en el monte Gurugú

Carga de gendarmes marroquíes en el monte Gurugú EPC

De ello da fe otro vídeo apócrifo. Una batalla campal al atardecer, mehanis y gendarmes marroquíes contra migrantes subsaharianos. Gritos, carreras y pedradas. Un vídeo de un policía marroquí muestra a agentes del orden de ese país ataviados con material antidisturbios desplegados en una vaguada y una falda del monte Gurugú, en las proximidades de Nadir y de Melilla. El vídeo vendría a acreditar que la policía marroquí trata de dispersar los campamentos de subsaharianos en esa montaña, que se han hecho muy grandes, y que son el punto de partida de las grandes riadas humanas que chocan contra la valla fronteriza de Melilla. 

El vídeo está grabado por uno de los gendarmes intervinientes en el dispositivo. En las imágenes, los agentes retroceden cuando los migrantes los rechazan a pedradas, y avanzan en amagos.

Fuentes policiales españolas de la ciudad de Melilla sitúan la carga policial el miércoles pasado, pero otras fuentes de parecida solvencia dudan de que el vídeo tenga relación temporal alguna con los dramáticos sucesos del pasado viernes.