El proceso de negociación será largo y complicado y podría prolongarse durante años e incluso décadas pero la Comisión Europea ha confirmado este viernes la propuesta de conceder a Ucrania -también a Moldavia mientras que Georgia tendrá que cumplir antes algunas condiciones- el estatus de país candidato a la Unión Europea. Una etiqueta, por ahora, con pocos efectos prácticos pero cargada de simbolismo y que llega cuando se cumplen 114 días de la guerra lanzada por Rusia en el país. La recomendación, que pone en marcha el tren de adhesión de Ucrania a la UE, lanza un mensaje rotundo al presidente ruso, Vladiíir Putin: su esfera de influencia es cosa del pasado y la puerta del club europeo está abierta. La última palabra la tendrán ahora los 27 jefes de estado y de gobierno de la UE.

La recomendación de Bruselas a los líderes europeos llega tras una visita exprés a Kiev, la segunda desde que se inició la guerra, de la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y un debate de orientación el pasado lunes entre los comisarios. “Queremos apoyar a Ucrania en su camino europeo. Queremos mirar al futuro”, respondió el pasado 17 de junio Von der Leyen. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski solicitó el ingreso el pasado 28 de febrero, tan solo cuatro días después del inicio de la invasión rusa. Una petición que ha repetido con insistencia en todas y cada una de las numerosas intervenciones públicas que ha hecho desde entonces. En las cumbres de líderes europeos -tres hasta ahora-, ante el pleno del Parlamento Europeo y ante los parlamentos nacionales. 

“Demuestren que la UE está con nosotros y no nos abandonará”, rogó el pasado 1 de marzo ante la Eurocámara pidiendo . Detrás de esta estrategia se esconde un mensaje que han trasladado por activa y por pasiva en todos los encuentros europeos los que han participado también sus ministros: no solo luchamos por la libertad y la supervivencia de Ucrania sino de toda la Unión Europea. Un mensaje que ha conseguido derribar algunas resistencias entre los líderes europeos que ha culminado esta semana con el fuerte espaldarazo público dado por las tres principales potencias de la Unión Europea, Alemania, Francia e Italia, y escenificado en Kiev, durante la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro italiano, Mario Draghi a su homólogo ucraniano Volodimir Zelenski. 

Decisión de los Veintisiete

“Deseamos que Ucrania adquiera de forma inmediata el estatus de candidato a la adhesión”, indicaron este jueves acompañados del presidente de Rumanía, Klaus Ioannis. La última palabra sobre la concesión del estatus -por unanimidad- la tendrán los Veintisiete Jefes de Estado y de Gobierno de la UE que analizarán la propuesta en la cumbre del 23 y 24 de junio en Bruselas. Una discusión que se augura complicada y que afrontan divididos entre los partidarios de conceder de forma inmediata el estatus, como Polonia o las tres repúblicas bálticas, y quienes consideran que más allá de una decisión política se trata de un proceso para el que no están preparados. 

Es lo que opinan, por ejemplo, Países Bajos que consideran que la perspectiva europea que ya han prometido a Zelenski es un paso políticamente “sustantivo” pero que de momento están lejos de cumplir los criterios de Copenhague, los requisitos que todo país que desee ser miembro de la UE debe cumplir en materia de instituciones estableces, respeto del estado de derecho, una economía de mercado que funcione y la capacidad de cumplir con el acervo comunitario. Algo que un país en guerra, como es Ucrania, difícilmente puede garantizar.