El primer vuelo con solicitantes de asilo hacia Ruanda, en el marco de las quejas de las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, no ha despegado finalmente en la noche de este martes de Reino Unido debido a una orden emitida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para impedir la deportación de los migrantes.

El Ministerio del Interior ha confirmado a la cadena británica BBC que el avión, un 'Boeing 767-300' emplazado en una pista del Ministerio de Defensa en Boscombe Down, en Amesbury, no despegará en la noche de este martes.

Minutos antes, la organización benéfica Care4Calais ha dicho en su perfil oficial de Twitter, tras un baile de cifras y confusión por el número de personas dentro del aparato, que se estimaba en siete, que había solo un pasajero en el vuelo.

Según han recogido distintos medios británicos, un juez "fuera de horario" ha examinado la media docena de casos restantes tras la orden del tribunal europeo. Finalmente, la ONG 'Stop Deportations' también ha señalado que ningún migrante será deportado.

En concreto, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha emitido una orden para detener la deportación de un solicitante de asilo de nacionalidad iraquí que dejó su país en abril de 2022 e hizo una parada en Turquía antes de viajar en barco, a través del Canal de la Mancha, a Europa. Alegando estar en peligro, solicitó asilo a su llegada a Reino Unido el pasado 17 de mayo.

"El Tribunal Europeo ha indicado al Gobierno de Reino Unido que el solicitante no debe ser expulsado a Ruanda hasta tres semanas después de la entrega de la decisión interna final en su juicio judicial en curso", ha indicado en un comunicado, una orden que, finalmente, se ha extendido a los demás solicitantes.

Entre los que han criticado la polémica medida impulsada por el Ejecutivo del primer ministro, Boris Johnson, se encuentra el arzobispo de Gales, Andrew John, quien ha condenado enérgicamente la política del Ejecutivo de Boris Johnson, calificándola de inmoral e ineficaz, según ha recogido la cadena BBC.

Asimismo, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el arzobispo de York, Stephen Cottrell, han señalado que la política "debería avergonzar" a Reino Unido. "El plan se presenta como una respuesta humanitaria para combatir la trata y el tráfico de personas, pero el resultado agravará el sufrimiento de quienes ya son víctimas", han dicho, según recoge la página web de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales.

El acuerdo con Ruanda permite a las autoridades británicas enviar al país africano a los solicitantes de asilo que crucen el Canal de la Mancha. Dicha iniciativa está dotada con 120 millones de libras -144 millones de euros- y se centrará sobre todo en hombres sin cargas familiares que lleguen a Reino Unido a través de embarcaciones o camiones.

Downing Street ha justificado que el enfoque actual sobre migración le cuesta a Reino Unido 1.500 millones de libras esterlinas (1.700 millones de euros) cada año, con casi 5 millones de libras al día alojando a los solicitantes de asilo en hoteles.