La 'V' de victoria con las manos. La nueva alianza unitaria de la izquierda francesa ha elegido el mismo famoso gesto de Winston Churchill —y que también intentaron popularizar dirigentes de Podemos en España en 2015— para regar con optimismo este bloque progresista para las elecciones legislativas. La coalición entre la Francia Insumisa (socioecologista), el Partido Socialista, los verdes y los comunistas hizo este sábado por la tarde su puesta de largo, coincidiendo con la ceremonia de investidura del presidente Emmanuel Macron, al que quieren arrebatar la mayoría en la Asamblea Nacional en los comicios del 12 y 19 de junio.

“Podemos aspirar a escribir una página de la historia de Francia, es la primera vez desde hace 25 años que se produce un acuerdo general con el conjunto de los partidos de izquierdas”, aseguró Jean-Luc Mélenchon, líder de la flamante coalición, en un mitin de presentación celebrado en Aubervilliers, en el nordeste del área metropolitana de París. El objetivo inicial de esta alianza es lograr un gobierno de cohabitación con Mélenchon —tercero en las presidenciales con casi el 22% de los votos— como primer ministro si consiguen una mayoría absoluta de diputados en el Parlamento francés. Este escenario no se produce en Francia desde 2002, pero los sondeos apuntan que serán las legislativas más inciertas en las dos últimas décadas.

“¿Parce ser que me he convertido en el jefe de todos? No, es el colectivo el que produce, piensa y aporta”, añadió el dirigente insumiso, de 70 años, quien el viernes ya había anunciado que no se presentará como candidato en las legislativas y, por consiguiente, no será diputado. De esta forma, dio a entender que esta campaña será la última batalla de este incansable y polémico dirigente de izquierdas que ha logrado unir todas las formaciones progresistas detrás de un programa transformador que defiende rebajar la edad de jubilación a 60 años (con 40 cotizados), aumentar el salario mínimo hasta los 1.400 euros netos o impulsar la “planificación ecológica” (el equivalente francés de un Green New Deal).

Tensiones entre los socialistas

Los primeros en sumarse en la coalición fueron los verdes y los comunistas. Finalmente, también lo hizo el Partido Socialista, cuya decisión generó tensiones internas a pesar de ser validada por una clara mayoría de los miembros del comité nacional de esta centenaria formación. “Juntos podemos hacer grandes cosas”, afirmó el secretario general del PS, Olivier Faure, en un acto en que intervinieron los líderes de las distintas formaciones ante un público entregado que coreaba el grito de “Unión Popular”. También se presentaron a varios candidatos de la coalición. Con las siglas de la nueva candidatura, la Francia Insumisa se presentará en 325 circunscripciones, los verdes en 100, los socialistas en 70 y los comunistas en 50, según una repartición aún no definitiva. 

De momento, los sondeos sonríen a la Nueva Unión Popular. Según un sondeo reciente del instituto Cluster 17, esta alianza sería la más votada en la primera vuelta con el 34%, por delante de la coalición Juntos de Macron (24,5%) y la Reagrupación Nacional de la ultraderechista Marine Le Pen (19,5%). Sin duda, estos estudios de opinión deben cogerse con pinzas cuando falta más de un mes para los comicios. Una victoria en la primera vuelta tampoco resulta sinónimo de una mayoría en la segunda. Pero a Macron le ha surgido un rival más temible electoralmente que la ultraderecha de Le Pen: la nueva coalición unitaria de la izquierda liderada por Mélenchon.