El primer ministro británico, Boris Johnson, anticipó este miércoles que levantará antes de lo previsto las últimas restricciones por la covid-19, en un intento por reavivar su dañada reputación tras difundirse una nueva foto que lo ubica en otra fiesta celebrada en Downing Street en diciembre de 2020, en plena pandemia.

Con su credibilidad cada vez más cuestionada a causa del escándalo generado por los eventos sociales organizados por miembros del Gobierno durante los confinamientos, Johnson reveló sus planes a corto plazo nada más comenzar su intervención en la sesión de control al Gobierno en la Cámara de los Comunes.

"Tengo la intención de regresar el primer día tras el receso por las vacaciones escolares (del 14 al 20 de febrero) para presentar nuestra estrategia para convivir con la covid-19", señaló Johnson, que adelantó que se eliminará la obligación de aislarse cuando se da positivo del coronavirus.

Johnson dijo que "suponiendo que la actual y alentadora tendencia de los datos (de contagios y muertes) continúe", confía en que su gobierno "pueda poner fin a las últimas restricciones domésticas, como el requisito legal que obliga a autoaislarse en caso de dar positivo en un test (de covid), un mes entero antes de lo previsto".

En principio, se preveía que las últimas normas de aislamiento que aún se aplican en Inglaterra se fueran a levantar el 24 de marzo.

Actualmente, los infectados con el virus deben aislarse durante cinco días completos aunque pueden terminar su aislamiento si dan negativo el quinto y el sexto día.

Un nuevo capítulo en el 'partygate'

El inesperado anuncio no evitó que Johnson fuera interrogado sobre un nuevo capítulo del conocido como 'partygate', el revuelo nacional suscitado por los citados actos sociales en oficinas públicas y en la sede del Ejecutivo en época de restricciones.

El diputado laborista Fabian Hamilton pidió explicaciones a Johnson sobre una nueva imagen tomada el 15 de diciembre de 2020, difundida este miércoles en la cuenta de Twitter del tabloide The Mirror, en la que se ve al primer ministro junto con otros tres colegas, acompañados de una botella abierta de un vino espumoso y una bolsa de patatas fritas.

Ese acto, donde uno de los presentes luce un festivo collar de estilo hawaiano y otro, un gorro de Papá Noel, no figura, al parecer, en el dossier que investiga actualmente la Policía Metropolitana de Londres.

"En los últimos minutos ha aparecido una foto del primer ministro en Downing Street el 15 de diciembre de 2020, rodeado de alcohol, comida y personas que llevan una guirnalda (alrededor del cuello). Tiene aspecto de ser una de esas fiestas que según dijo nunca sucedieron", manifestó el diputado laborista.

Johnson, que se limitó a responderle al diputado que estaba "completamente equivocado", acaba de acometer un retoque -de trascendencia política mínima- en su gabinete con cambios de cargos, a fin de complacer, según los analistas, a los diputados conservadores que más cuestionan su futuro como líder.

Entre las modificaciones anunciadas ayer figuran el nombramiento del nuevo jefe de disciplina del partido, Chris Heaton-Harris, gran aliado de Johson, que sustituye a Mark Spencer -ahora líder de los Comunes-; o la designación de Jacob Rees-Mogg como nuevo secretario de Estado de Oportunidades del Brexit, otra maniobra vista como un intento por contentar a la facción más derechista de los "tories".

Descontento entre los donantes del partido conservador

Según señala este miércoles The Times, el jefe del Ejecutivo habría optado por introducir ahora esos pequeños retoques en su Gabinete antes de meterse de lleno en un cambio ministerial más radical este verano.

Pese al delicado momento político que atraviesa, los aliados más próximos a Johnson sostienen que no entra en sus planes la posibilidad de dimitir, ni siquiera en el hipotético caso de que la investigación que lleva a cabo Scotlad Yard sobre las citadas fiestas derive en alguna sanción contra él.

En esta lucha por conservar el liderazgo, tampoco ayudan unas declaraciones hechas hoy a la BBC por el financiero John Armitage, uno de los principales donantes del Partido Conservador.

Armitage, que ha donado a los tories más de 3 millones de libras (3,5 millones de euros), con 500.000 libras (593.000 euros) desde que Johnson está en el poder, opinó que si los políticos pierden "autoridad moral" deberían irse, en clara alusión al premier.

"Encuentro increíblemente angustiosa la ausencia de honor inherente a la política moderna", señaló.