En un nuevo discurso, dirigido en esta ocasión al Parlamento a través de videoconferencia, el presidente de KazajistánKassim-Josart Tokáyev, ha informado que el próximo jueves comenzaría la retirada rusa del país centroasiático, al tiempo que ha anunciado una serie de medidas destinadas a paliar el descontento de la población y a poner coto a la corrupción. "Necesitamos un nuevo formato de contrato social", ha prometido.

"La principal misión de las fuerzas pacificadoras se ha completado con éxito; en dos días comenzará el proceso de retirada por fases; la operación durará no más de 10 días", ha prometido el mandatario, un extremo que ya había adelantado el propio presidente ruso, Vladímir Putin, el día anterior.

Promesas, eso sí, que deberán ser confirmadas con hechos en los próximos días. En varias ocasiones anteriores, el líder del Kremlin ha anunciado retiradas de sus contingentes militares desplegados en el exterior que nunca llegaron a materializarse o simplemente fueron repliegues parciales posteriormente corregidos en cuanto reprodujo la tensión. Así ha sucedido en dos ocasiones en el conflicto de Siria, y en una ocasión en el pulso que enfrenta a Rusia con Ucrania.

Sentimiento de identidad

No obstante, a favor de una retirada rápida juega el intenso sentimiento de identidad nacional mayoritario entre el pueblo kazajo. Según los analistas, una presencia militar prolongada del contingente enviado por la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OSTC), alianza militar que agrupa a varias repúblicas exsoviéticas y es liderada por Rusia, acabaría dañando la imagen del jefe del Estado kazajo entre la ciudadanía, presentándolo como excesivamente dependiente del Kremlin.

Tokáyev ha dedicado un amplio espacio de su discurso a los diputados a criticar a dirigentes vinculados con el anterior presidente, Nursultán Nazarbáyev, y a prometer que intentaría erradicar las prácticas corruptas y el clientelismo generados durante su longevo mandato. "Ha llegado el momento de la transformación de las relaciones entre el Estado y la sociedad", ha anunciado.

Entre la batería de medidas de carácter populista que ha anunciado, se halla la reestructuración del Banco Central. "Se ha convertido en un banco personal para un círculo selecto de personas", ha denunciado. Y ha 'recomendado vivamente' a las empresas del país a contribuir monetariamente a un fondo social destinado a mejorar la sanidad y la educación en el país. Asimismo, ha encargado al nuevo primer ministro, Aliján Smailov, el diseño de un programa destinado a "incrementar los ingresos de la población en dos meses".