Este martes por la tarde, en un correo electrónico, el expresidente Donald Trump anunció de forma inesperada la cancelación de la rueda de prensa que había organizado en Mar-a-Lago para este jueves, primer aniversario del asalto al Capitolio. En una de sus diatribas habituales, usó las críticas y los insultos a la investigación de ese asalto que está acometiendo un comité de la Cámara Baja y a los medios de comunicación como argumento para justificar su decisión, volvió a repetir sus acusaciones infundadas y desacreditadas de fraude electoral y prometió abordar los mensajes planificados para el jueves en un mitin que tiene organizado el día 15 en Arizona. Detrás de la cancelación, no obstante, laten otros factores.

Aliados y asesores cercanos le habían desaconsejado una comparecencia que prometía ser polémica y devolver el foco a uno de los puntos más bajos de su presidencia. El senador Lindsay Graham, por ejemplo, ha confirmado a ‘Axios’ y ‘The Wall Street Journal’ que durante una partida de golf el pasado fin de semana advirtió a Trump de que la rueda de prensa podía conllevar “muy pocas ventajas” y en cambio representar “peligro” para él, y le animó a “mejor concentrarse en la reforma de las elecciones”.

Respiro a los republicanos

Incluso en FoxNews, la cadena más amiga del expresidente, la presentadora Laura Ingraham sugirió que la rueda de prensa no era “inteligente”. Y declaraciones como esa o la advertencia de Graham de que “no tendría la penetración buscada” hicieron que calara en Trump la conciencia de que no tenía garantizada la cobertura mediática que buscaba, especialmente en un día sombrío en que hay planificados numerosos actos institucionales, incluyendo un discurso del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.

La anulación ha dado un respiro a los líderes republicanos en el Congreso y especialmente a los senadores que, lejos de las voces más radicales en la formación, pretenden pasar por el aniversario del asalto lo más discretamente que sea posible. Y llegó poco después de que se hiciera público que el comité investigador del asalto ha pedido a otro presentador de Fox, Sean Hannity, durante la presidencia del republicano una de las personas sin cargo que más influencia y comunicación directa tuvo con él, que conteste a preguntas sobre sus comunicaciones con la Casa Blanca tanto el 6 de enero como los días posteriores.