La lucha contra el covid puede prolongarse durante largo tiempo y requerir una vacuna anual para mantener a raya el virus. Así lo cree el Gobierno británico que ha adquirido 114 millones de dosis suplementarias para distribuirlas entre el 2022 y el 2023. La compra se realizó antes de ser identificada la nueva variante ómicron. El director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, considera que esa vacuna anual será posiblemente necesaria para mantener “un alto nivel de protección”.

El nuevo contrato firmado por el gobierno de Boris Johnson incluye 54 millones de dosis de Pfizer y 60 millones de Moderna, con derecho al acceso de vacunas modificadas a medida que se presenten nuevas variantes. El ministro de Sanidad, Sajid Javid, entiende que hay que estar preparado para seguir combatiendo el virus. “Sabemos que el covid va a seguir estando durante un tiempo, tenemos que aprender a vivir con él y una manera de aprender es teniendo las vacunas que necesitamos en el futuro”. La situación sería similar a lo que ocurre con la vacuna contra la gripe, reformulada cada año y suministrada a la población de riesgo.

El plan actual del gobierno es inocular la dosis de refuerzo a todos los mayores de 18 años antes de finales de enero. La nueva carrera contra reloj contará con la movilización de 400 miembros del Ejército, miles de voluntarios y la multiplicación de puestos de vacunación. Los jóvenes de entre 12 y 15 años recibirán una segunda dosis, pero en una entrevista en la BBC Bourla aboga por vacunar a los niños de entre 5 y 11 años. “El covid en las escuelas va a más. Está interfiriendo significativamente el sistema de educación y hay niños que van a tener síntomas severos”. 

 Cancelaciones navideñas

Con la actual expansión de los contagios, 48.374 casos el miércoles (13% más que la semana pasada) y 171 fallecidos, las fiestas de navideñas están en el punto de mira, especialmente para el sector de hostelería, que se arriesga a pérdidas millonarias. Un 52% de empresas han renunciado a la fiesta anual y aumentan las cancelaciones en pubs, bares y restaurantes.

Las autoridades están lanzando mensajes contradictorios. Mientras los científicos recomiendan evitar grandes reuniones, Boris Johnson rechaza imponer cualquier restricción, aunque algunos miembros de su gobierno tienen dudas. El ministro de Ciencia, George Freeman, ha cancelado las copas para la gente de su departamento, que ahora se harán por zoom. Sajid Javid ha pedido a los que vayan de fiesta que se protejan con una mascarilla y la diputada conservadora, Therese Coffey recomiendan que eviten “besarse bajo el muérdago”.

Johnson se lo salta

Johnson ha vuelto a ser acusado de saltarse sus propias reglas. El primer ministro no ha sabido explicar cómo pudo celebrar el pasado 17 de diciembre una fiesta navideña en la residencia de Downing Street con abundante asistencia, copas y juegos hasta pasada la medianoche, cuando en ese momento en la capital había severas restricciones y estaban prohibidas las reuniones con personas de distintos hogares.