Si algo le faltaba al presidente peruanoPedro Castillo, era otra crisis política en el Gobierno más inestable de las últimas décadas, desde su toma de posesión, el pasado 28 de julio. Acaba de tenerla, y de la manera más insólita. El ministro del Interior, Luis Barranzuela, ha protagonizado un sonoro escándalo después de organizar en su casa una reunión con música tan estridente que los vecinos no tuvieron otra alternativa que denunciarlo ante la policía. A Barranzuela se le dio por trasgredir las propias órdenes de su ministerio a la población: la semana pasada, emitió un comunicado para prohibir los festejos con motivo del día de la canción criolla, fiesta tradicional que se celebra el 31 de octubre, y el novedoso ritual de Halloween. El ministro decidió ser igual a todos los que se burlaron de la advertencia del Estado. La llegada de la policía a su casa fue filmada por la prensa, y ahora, su cargo pende de un hilo muy débil.

La primera ministra, Mirtha Vásquez, que todavía no ha sido ratificada por el Congreso, decidirá en breve con Castillo si Barranzuela debe seguir en su cargo. Antes de encontrarse con el presidente, Vásquez le remitió una carta al titular de Interior en el que le exige "en el más breve plazo" aclarar lo que sucedió el fin de semana, justo cuando el propio ministerio había prohibido desfiles, carnavales, fiestas costumbristas, así como cualquier forma de reunión masiva. Perú ha tenido más de 200.000 muertos por covid-19 y el temor a una tercera ola de la pandemia está latente en un país que ha tenido que realizar enormes esfuerzos para enfrentar en adversidad la crisis sanitaria.

"De confirmarse estos hechos, implicarían que un ministro vulnera las normas emitidas por el propio Consejo de Ministros, lo cual es aún más grave considerando que el ministerio del cual usted es titular tiene una responsabilidad clave en la tarea del Estado de garantizar el cumplimiento de las medidas contra el covid-19″, subraya la carta de la 'premier'.

La televisión limeña divulgó imágenes de una fiesta con personas que entraban y salían del domicilio. Entre ellos estaba el legislador Guillermo Bermejo, de Perú Libre. "Fue una reunión de trabajo", dijo Barranzuela.

Pedidos de dimisión

"A estas alturas no queda otra salida que la remoción del señor Barranzuela. No solo por los sucesos que protagonizó este fin de semana, sino principalmente por la hilera de cuestionamientos en su contra que no ha dejado de crecer desde el día que juró el cargo", señaló el diario El Comercio en su editorial. "No deja de ser curioso, en fin, que al Gobierno al que le gusta tanto hablar de división de clases no parezca preocuparle esa otra distancia –que tanto daño le ha hecho al Perú– que existe entre los ciudadanos que están subordinados a la ley y los funcionarios que se sienten libres de saltársela porque saben que no serán sancionados".

La gestión de Castillo va de tropezón en tropezón. Semanas atrás se sacó de encima al problemático 'premier' Guido Bellido y otros integrantes de su gabinete de ministros. La directiva del oficialista Perú Libre (PL), manejado en las sombras por Vladimir Cerrón, un marxista de corte ortodoxo, protagoniza, en este contexto de creciente debilidad, una soterrada pelea con el maestro rural.

Al apenas asumir, Castillo se vio obligado a aceptar la dimisión de su titular Relaciones Exteriores de Perú, Héctor Béjar, un exguerrillero guevarista durante los años 60, después de haber relacionado a los servicios de inteligencia con el origen de la violencia política en ese país.

Cae en las encuestas

De acuerdo con una reciente encuesta de Ipsos, un 64% de los peruanos desaprueba la tarea presidencial. La sociedad castiga con mayor severidad a los congresistas: el Parlamento tiene un rechazo del 75%. "Las percepciones sobre la poca preparación e improvisación para gobernar se suman a la elección de malos gestores con poca calificación o con pésima reputación para conducir el aparato estatal. Si a ello le agregamos la actitud del Congreso, que obstruye en vez de aportar y ayudar al país en su conjunto a superar el impase —en un contexto tan complicado para los peruanos, en el que apenas nos estamos recuperando de los estragos de la terrible pandemia—, se entiende la mala calificación ciudadana a la gestión de ambos poderes", señaló el diario La República en su editorial de este martes.