Con las cifras de contagios de coronavirus de nuevo al alza y los niveles de vacunación tan dispares, la Unión Europea busca este fin de semana en la cumbre de líderes del G20, que se celebra en Roma, el compromiso de llegar al 70% de la población mundial vacunada para mediados de 2022. “Es un objetivo ambicioso que apoyamos plenamente”, ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que pedirá al resto de economías más avanzadas del planeta apoyo también para que los países en desarrollo impulsen su propia capacidad para producir vacunas a medio plazo y se beneficien de la tecnología ARN mensajero. 

“Europa está invirtiendo más de 1.000 millones en África para ello. Nuestro objetivo común es llevar la tecnología del ARN mensajero al continente africano para que sea producido allí”, ha explicado en vísperas de una cumbre que también pondrá el foco en la recuperación económica y en la lucha contra el cambio climático. Aunque admite que no se trata de un objetivo realizable a corto plazo, la exministra de Defensa alemana ha recordado que la UE apoya el objetivo de que los países africanos sean más independientes en la producción de sus propias vacunas. 

A título de ejemplo, de todas los antídotos que se administran en África, solo el 1% se fabrican en el citado continente mientras que el 99% restante se importa de terceros países. El objetivo es que el 60% de las que se administren en el año 2040 sean producidas localmente, algo “viable” según Bruselas. Hasta entonces, la UE seguirá exportando todas las vacunas que pueda. Según los contratos cerrados por la UE, en 2022 se fabricarán en Europa 3.500 millones de dosis y la mayoría , como hasta ahora, serán para exportar. Además, los Veintisiete enviarán 500 millones de dosis hasta mediados del próximo año a terceros países a través de donaciones.

Otro de los elementos que pondrá sobre la mesa la UE es la necesidad de fortalecer la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la preparación ante futuras pandemias. Para ello, considera necesario alejarse de “respuestas 'ad hoc'” y apostar por otras “más estructurales y permanentes”, lo que requiere de una financiación adecuada para reforzar la capacidad de los sistemas sanitarios que han demostrado no ser lo suficientemente fuertes durante la pandemia. “Tengo que admitir que todavía no lo hemos logrado en las negociaciones del G20. Hay diferentes opiniones sobre cómo lograrlo pero espero que logremos acuerdos porque tenemos la experiencia de la pandemia”. 

Ambición contra el cambio climático

La cita de las economías más potentes del planeta se celebra en vísperas de la cumbre climática COP26 que arrancará la próxima semana en Glasgow (Escocia) y que revisará los compromisos asumidos en 2015 en el Acuerdo de París. Entre las 20 emiten a la atmósfera el 80% de los gases contaminantes y tienen, ha avisado Von der Leyen, “una responsabilidad especial de actuar”. Por eso, los compromisos a los que lleguen en la capital italiana marcarán el camino a seguir en Escocia. “Necesitamos liderazgo para que los compromisos de descarbonización sean creíbles”, ha recordado advirtiendo de que el punto de partida no es bueno y que este es "el momento de la verdad" y de "aumentar la ambición" en esta década porque de lo contrario "podríamos llegar a puntos irreversibles".

En la práctica, significa actuar para que la temperatura no aumente más de 2ºC y se acerque a un calentamiento de 1,5 grados. Bruselas insistirá ante el resto de economías avanzadas en la necesidad de entregar 100.000 millones de dólares al año a los países menos desarrollados y más vulnerables para mitigar el cambio climático. Una promesa sellada en París y que, según los últimos informes, no se cumplirá hasta 2023. “Estamos haciendo progresos pero tenemos que hacer más y cubrir la brecha ya el próximo año”, ha reclamado von der Leyen anunciando un desembolso de 5.000 millones adicionales hasta 2027 que espera imiten otras economías. “Está bien que otros muchos países se hayan comprometido con las emisiones cero en 2050 pero lo que necesitamos no son solo objetivos sino planes concretos”, ha recordado.

La UE aprovechará la cumbre de Glasgow para lanzar una serie de iniciativas: un compromiso de reducción de las emisiones de metano al menos un 30% para 2030, una contribución de 1.000 millones a la estrategia forestal global y otra destinada a eliminar gradualmente el uso del carbón con Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido.