Hace semanas que no se ve a ninguno de los dos y los rumores se han disparado: nadie, fuera de los talibanes sabe dónde están el mulá Haibatulá Ajundzada, líder supremo de Afganistán, y el mulá Abdul Ghani Baradar, dirigente de la rama política y viceprimer ministro del Gobierno de Kabul.

El primero en desaparecer completamente de los focos fue el nuevo emir de Afganistán. No se le ve desde el pasado 15 de agosto, cuando los talibanes conquistaron la capital afgana e impusieron allí su nuevo orden mientras Estados Unidos y la OTAN sacaban del país a extranjeros y colaboradores desde el aeropuerto. Ajundzada, supuestamente, está en Kandahar, la segunda ciudad del país y la capital moral de los talibanes, pero se sabe bien poco de él.

A parte de algunos comunicados, no se han visto ni imágenes ni se ha escuchado su voz en este último mes. Algunos consideran incluso que podría estar muerto. “Sería extraño que Haibatulá [Ajundzada], ahora que su movimiento está en el poder, esté vivo y tan sumamente recluido. Por el momento, parece servir como una figura simbólica, que une sin aparecer ni hablar”, escriben la red de analistas ‘Afganistan Analysts Network’.

Habría antecedentes para sustentar la teoría de la muerte del líder talibán: el mulá Omar, el fundador y primer líder de los talibanes, murió en 2013 de tuberculosis, y el grupo no anunció su muerte hasta 2015. De hecho, durante esos dos años, los talibanes seguían publicando textos y declaraciones en nombre del mulá Omar.

Disputas internas

Baradar, por su parte, ya no aparece en los actos del grupo desde hace una semana. Cuando se negociaba para formar gobierno, los rumores eran que Baradar, que había llevado las negociaciones en Doha con EEUU, sería el nuevo primer ministro. Pero las negociaciones tardaron y, al final, fue designado viceprimer ministro, una degradación en toda regla. El motivo sería, según se cree, sus desavenencias con Sirajuddin Haqqani, ministro del Interior y líder de la red Haqqani, un grupo estrechamente vinculado con Al Qaeda.

Los rumores ahora en Kabul apuntan a que Baradar podría haber resultado herido o incluso muerto por seguidores de Haqqani. Los talibanes lo niegan. “Todo mentiras sin base alguna”, ha dicho este martes uno de los portavoces del grupo, Suhail Shaheen. Los talibanes, además, han publicado algunas imágenes de Baradar, pero no se ha podido identificar la fecha de dichas grabaciones.

Lo cierto es que son bastantes los miembros del nuevo ejecutivo talibán —la inmensa mayoría de ellos son de la vieja guardia del grupo— de los que se sabe y se ha visto bien poco. De Haqqani, el ministro del Interior, solo se ha hecho una fotografía pública. EEUU ofrece una recompensa de 10 millones de dólares a quien tenga información de su paradero. Y hay más: la primera y única fotografía del mulá Mohammad Yakub, hijo del mulá Omar y nuevo ministro de Defensa talibán, fue publicada la semana pasada.