Varios cientos de personas, en su mayoría mujeres, han salido a las calles este martes por la mañana en la capital afgana, Kabul, y en todo el país para llamar a la resistencia contra los talibanes y para clamar contra el rol omnipresente que Pakistán puede conseguir en Afganistán con el nuevo gobierno talibán. Pakistán es el principal valedor internacional de los talibanes, aunque el gobierno de Islamabad lleve años negándolo.

“¡Libertad! ¡Libertad! Pakistán fuera de Afganistán”, gritaban las manifestantes, a las que los talibanes han dejado marchar hasta que han llegado a un punto de control en el centro de la ciudad, justo delante de la embajada pakistaní. Allí, los milicianos han empezado a lanzar ráfagas de fuego real al aire, diez minutos disparando con sus rifles kalashnikov para dispersar la protesta.

Lo han conseguido: nadie ha muerto, pero la tensión se ha disparado, y los talibanes, además, han requisado cámaras de los periodistas que cubrían la marcha. Algunos de estos reporteros han sido detenidos y varias decenas de protestantes, encerradas en parkings subterráneos para separar la manifestación.

“No estamos defendiendo nuestro derecho a un trabajo o a una posición. Estamos defendiendo la sangre de nuestros jóvenes, estamos defendiendo nuestro país, nuestra tierra”, ha dicho una manifestante a la televisión local ‘Tolonews’. Minutos después, el periodista que grababa ha sido aprehendido. Esta protesta —que se ha repetido también aunque con menor número de personas en otras ciudades afganas— llega mientras el jefe de los servicios secretos pakistanís, Faiz Hamid, está en Kabul en negociaciones con los talibanes. Hamid ha sido el primer dirigente extranjero en visitar Afganistán después de la retirada final de los Estados Unidos y los aliados de la OTAN el pasado 31 de agosto.

Llamados por la resistencia

Durante la mañana de este martes, decenas de vídeos de las protestas han inundado las redes sociales afganas, repletas de talibanes amenazando a los afganos que se han atrevido a salir a la calle a plantarles cara a los insurgentes “¡Dispárame! ¡No os tengo miedo!”, gritaba un hombre mientras un talibán le apuntaba con una pistola. “¡Muerte a Pakistán! ¡Larga vida al Frente Nacional de Resistencia!”, decía otro manifestante, en referencia a la resistencia del Panjshir.

Ahmad Masud, hijo de un histórico miliciano y señor de la guerra afgano, Ahmad Shah Masud, está liderando el único foco de resistencia contra los talibanes en esta pequeña región montañosa situada a 80 kilómetros al norte de Kabul. Este lunes por la noche, Masud hijo, en retirada tras el avance talibán en el Panjshir, emitió un comunicado llamando al levantamiento de los afganos en todo el país.

“Pedimos a nuestros hermanos y hermanas, dondequiera que estén y como puedan, que se levanten y resistan al futuro subyugado y servil que [los talibanes] quieren imponer sobre Afganistán. Levantaos, tomad esta oportunidad. ¡Aceptad nuestra llamada a la resistencia!”, exhortó Masud en su comunicado.

Debido a que las comunicaciones en el Panjshir están destruidas, se sabe poco de la situación en su interior. Los talibanes afirmaron este lunes que habían conquistado toda la región. Las fuerzas de resistencia, por su parte, aseguraron que los insurgentes solo controlaban la capital de la región y parte de la carretera que recorre el valle. Esta pasada madrugada, según las fuerzas de Masud, ha tenido lugar una contraofensiva. La resistencia asegura haber recuperado los territorios perdidos el día anterior. Es imposible saberlo con certeza.