Decenas de helicópteros y más de 6.000 efectivos luchan contra las llamas de 'Dixie', el incendio que está arrasando el noreste de California desde el 14 de julio y que ya ha calcinado 200.000 hectáreas, una superficie superior a la provincia de Guipúzcoa o Los Ángeles, convirtiéndose en el segundo fuego más grande jamás registrado en la historia del estado. "Todo depende de las condiciones climáticas que se den", dijo el portavoz del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire), Edwin Zuniga. Los enemigos de los bomberos son el calor (se espera que las temperaturas suban esta semana), la sequedad (incrementada por un invierno sin apenas lluvias) y los vientos que están alimentando el fuego. A principios de la semana pasada el incendio estaba contenido en un 35% y ahora ese porcentaje ha bajado hasta el 21%, por lo que podrían pasar semanas hasta que las llamas estén totalmente extinguidas.

En los 26 días que el fuego lleva activo ha destruido más de 400 edificios y más de 16.000 viviendas, y comercios e industrias están en peligro, según los bomberos. No obstante, la oficina del sérif del condado de Plumas informó este lunes de que todas las personas que se encontraban desaparecidas han sido localizadas y que no ha habido muertes.

En la ciudad minera de Greenville, que fue creada durante la fiebre del oro y en la que vivían cerca de un millar de habitantes, el incendio dejó solo montañas de escombros carbonizados. El Servicio Forestal de los Estados Unidos dijo que solo alrededor de una cuarta parte de las estructuras de la ciudad sigue en pie. En los alrededores del condado de Plumas, casi el 40% de la población está bajo órdenes de evacuación.

El diario 'The Washington Post' reveló que un juez federal ordenó la noche del viernes a Pacific Gas & Electric (PG&E) que explique el papel de la empresa en el inicio de este incendio. Las causas del fuego siguen bajo investigación, pero la PG&E declaró el mes pasado ante las autoridades estatales que el mal funcionamiento en uno de sus postes eléctricos habría podido causar el incendio. Un juez ha dado una semana a la compañía con sede en San Francisco para explicar su potencial responsabilidad en el incendio que, de acuerdo con sus portavoces, podría haberse iniciado después de que un gran abeto cayera sobre sus líneas eléctricas. PG&E es la mayor empresa proveedora de electricidad en EEUU y suministra energía a prácticamente la totalidad de la población del centro y el norte de California. No es la primera vez que esta compañía está en el centro de atención por un suceso de este tipo, ya que en 2020 admitió haber causado el incendio de Camp Fire, que mató a 80 personas y destruyó 19.000 edificios.